Si estás acostumbrado a llevar a tu mascota al estilista canino cada uno o dos meses, es probable que ahora en época de covid y aislamientos varios te sea más difícil llevarlo regularmente. La mala noticia es que éste es también un mal momento para los estilistas caninos, la buena es que nosotros podemos ayudarte a afrontar tu sólo esta tarea en casa – al menos por ahora – con este tutorial para principiantes sobre como asear un perro en casa.
Especialmente ahora que los días se alargan y las temperaturas suben, tu amigo de cuatro patas tendrá ganas de estar más tiempo en el jardín o de restregarse la mar de contento en la hierba durante los paseos.
Un aseo profundo le permitirá no sólo tener un buen aspecto, sino también un bienestar físico general mayor.
Empezamos por el principio: las uñas
Uno de los pasos clave para mantener a tu perro cuidado en casa es cortarle las uñas regularmente. Incluso aunque no os guste a ninguno de los dos, es un paso fundamental para prevenir problemas en las patas y garantizar a tu perro el bienestar.
Mientras que las uñas de algunos perros se desgastan naturalmente cuando andan sobre superficies duras como el cemento o la acera, las uñas de otros perros no lo hacen y requieren cortes frecuentes. Lo ideal sería cortar las uñas cada 4 o 6 semanas, sobre todo para evitar que el espolón se encarne. Para poder cortas las uñas del perro tenemos que utilizar un cortauñas específico, que elegirás en base al tamaño de tu amigo peludo. Tienes que tener cuidado de no cortar más allá de la uña en exceso, sino podrías seccionar un vaso sanguíneo. En ese caso, usa inmediatamente algodón hemostático para parar la sangre y si ves que no mejora, acude inmediatamente a tu veterinario.
Limpia los ojos de tu perro
Lo mejor sería acostumbrar a nuestro perro a limpiarle los ojos desde cachorro si es posible, pero lo más importante es que durante todo el tiempo que estemos lipiándole los ojos, le llamemos por su nombre con dulzura y le demos mimos; Acércate a su hocico y elógialo al mismo tiempo por lo bien que se está portando.
Todo esto puede parecernos inútil pero es de hecho una parte muy importante; sirve para reforzar ese vínculo de confianza que ya existe entre vosotros dos.
La operación de limpieza de los ojos es bastane simple, y si es posible, debería realizarse cada día. Se trata siemplemente de eliminar la suciedad que se ha acumulado por los líquidos lagrimales, usando una garza (¡una por cada ojo!) y una loción específica.
¡Ten cuidado de no frotar con demasiada fuerza! Es mejor tamponar o quitar delicadamente las legañas, siempre desde la parte interna hacia la parte externa, para evitar así meter los gérmenes en el ojo.
Acuérdate además, de apartar el pelo (si el perro tiene el pelo largo) y de no meter las pestañas en el ojo.
Límpiale las orejas: estará mejor y olerá mejor
Para limpiar las orejas de tu perro, asegúrate primero que las orejas estén sanas. Si tienen un color rosáceo y no hay secreciones visibles, puedes proceder. Si en cambio hay una inflamación, te darás cuenta cuando lo tocas porque verás que se queja y despiden mal olor.
Escoge un momento en el que el perro esté relajado: empieza con algunos mimos y rascándole un poco las orejas, después agarra delicadamente el pabellón auditivo para abrirlo ligeramente y exponer la parte interna.
Con una garza estéril empapada en loción limpiadora específica, limpia la suciedad y cerumen presentes, teniendo cuidado de hacerlo despacio y no olvidándote de los pliegues de la piel, puntos en los que la suciedad se deposita con mayor facilidad.
No utilices bastoncillos de algodón: son igual de peligrosos para nuestros tímpanos como para los suyos.
La limpieza del conducto auditivo se realiza con limpiadores específicos preescritos por el Veterinario, que con anterioridad habrá determinado la presencia de cerumen en exceso que se puede retirar o disolver. La eliminación de cerumen realizada por el médico, además, ayuda a ver mejor la parte interna y verificar la presencia o no de parásitos.
Lava cuidadosamente los dientes del perro
Para lavar los dientes al perro, necesitarás dos cosas: cepillo y pasta de dientes.
Si, has oído bien, también tu amigo de cuatro patas se lava los dientes con cepillo y pasta de dientes, ambos específicos para perros.
Los cepillos de dientes pueden parecerse a los clásicos con el mango o pueden ser de tipo dedal, con cerdas suaves y adecuadas para la boca del animal. Las pastas de dientes de forma natural no tienen aroma de menta glacial, pero son apetecibles para vuestro amigo peludo.
Lo ideal sería acostumbrarlo desde cachorro al cepillo de dientes, o puedes empezar untando un poco de la deliciosa pasta dientes en el dedo y masajeándole las encías. De esta manera, asociará la limpieza con algo con lo que “chuparse los dedos”.
Poco a poco podrás pasar al cepillado, cepillando primero los dientes anteriores para pasar después a los posteriores.
Si el perro no está acostumbrado, nunca intentéis cepillar todos los dientes de una sola vez porque os arriesgáis a no poder volver a repetirlo. Es mejor ir gradualmente y “por las buenas”. Acuérdate de decirle lo bien que se ha portado y darle un premio por la confianza que ha mostrado.
Cepilla al perro y desenreda su pelo
Da igual que movimiento hagamos al cepillar, lo importate es que con cada pasada del cepillo o el cardador se abra el pelo y podamos ver la piel.
El cepillado tiene que hacerse desde las raíces hacia las puntas, no cepillando solo la parte final. Obviamente esto es fundamental en los perros que tienen subpelo, pero vale también para las razas que no lo tienen, porque los nudos se forman igualmente partiendo de las raíces.
Si el pelaje de tu perro tiene subpelo, los nudos se crean entre el mismo subpelo y el pelo, formando un bola de pelo enredada que resulta difícil desenredar.
Ten especial cuidado en primavera y otoño, son las estaciones en las que es más improtante eliminar el subpelo.
El subpelo no se elimina con las manos, se elimina con el cardador haciendo movimientos a lo largo de la largura del pelo (de la raíz a la punta) y no con movimientos circulares. Es importante tensionar la piel con una mano y con la otra cepillar para evitar así que la piel se estrese.
Es indispensable cepillar todas las partes del cuerpo, insistiendo en las zonas donde el perro produce más subpelo o donde más se enreda (en las partes posteriores, cerca de los collares o los arneses, hacia el final de las orejas, lomo, etc.).
Baña a tu perro
Despues de haber cepillado bien al perro y que hemos aligerado el pelo para mantener el corte, es hora de darle un baño. Ahora que ha llegado la primavera y que los campos están llenos de parásitos, te aconsejamos, además de lo que normalmente os aconseja vuestro veterinario, usar un champú formulado específicamente para actuar como un eficaz anti-parasitario: en concreto, te aconsejamos nuestro champú con aceite de árbol de te y aceite de neem por que además de limpiar en profundidad, refresca la piel creando una barrera natural contra insectos y parásitos.
Una vez que lo hemos bañado, seca a tu perro con una toalla (o con una secador con temperatura baja) y después cepillar otra vez cuando el pelo esté totalmente seco.
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Vigila siempre el carácter y las condiciones de tu perro
Intenta acostumbrar a tu mascota antes de empezar con el aseo. Si es hiperactivo y estás intentando rasurarlo, no le gustará demasiado. Podría calmarle ir primero a dar un paseo o cansarlo con un juego. Obviamente no tienes que olvidarte de darle mimos y premiar a tu perro mientas te ocupas de su higiene y limpieza.
Ahora que sabes cómo asear a tu perro en casa, eres bueno en ello y consigues entrar en sintonía con tu mascota, este momento podría convertirse en una ritual placentero que reforzará vuestra relación.