Con el asesoramiento del Maestro Estilista canino Simone Laponi
El cuidado del pelo, el cepillo adecuado y el cardador
Cepillar el pelo del perro con regularidad es una operación que aporta muchísimos beneficios a nuestro perro. Estos beneficios no conciernen solamente al aspecto estético, sino también a la salud y la higiene del animal.
Por qué cepillar el pelo del perro
La primera razón por la que cepillan el pelo del perro las personas que viven con un perro en casa todo el año es muy sencilla: los perros pierden pelo. Mucho.
¿A quién no le ha pasado de encontrar bajo la cama, en las esquinas del pasillo o atrapadas bajo el rodapié nubes peludas, que se mueven incluso con la brisa más ligera, como lo hacían las bolas del desierto en las películas del oeste? Y pasamos la aspiradora, pero al día siguiente vuelven a aparecer.
Cepillar el pelo del perro con regularidad os ayudará a ver menos estas “bolas de pelo”.
La segunda razón es que también vuestro amigo peludo os lo agradecerá. De hecho cepillar el pelo, ayuda a quitar el pelo en exceso que está por caerse, estimulando al mismo tiempo la piel.
Se trata por lo tanto de una operación necesaria para garantizar la higiene y la belleza de la piel del perro: el pelo se puede mojar en el agua de los charcos, retener cualquier tipo de suciedad y materiales que encontramos en la calle.
El cepillado además, os permitirá examinar de cerca el pelaje y la piel del animal, notando por ejemplo si hay pulgas o garrapatas y actuando en consecuencia.
Cepillando evitaremos también la presencia de espiguillas, las espigas maduras de las gramíneas, que se pueden pegar en las orejas, el hocico o las patas del perro, arriesgándonos a causar una infección mientras van penentrando poco a poco en la piel.
100 cepillados: cuándo cepillar al perro
¿Con qué frecuencia tenemos que cepillar al perro?
Naturalmente lo haremos en base al tiempo que tenemos a disposición, pero también en base al tipo de pelaje y la largura del pelo: lo ideal sería cepillar una vez al día. Si no tenemos tiempo para hacerlo, es importante hacerlo al menos una vez a la semana.
Es por ello que es fundamental elegir la raza de nuestro cachorro en base al tiempo libre que tenemos disponible para dedicarselo a nuestra mascota: un perro de pelo medio o largo necesita que lo cepillen regularmente, sino sufrirá.
¿Cepillo, guante o cardador?
En general, el guante o el cepillo de cerdas son una buena elección para los perros de pelo corto, pero son menos adecuados para los perros de pelo largo o con subpelo.
Sin embargo, el cepillo no tiene la capacidad de desenredar el pelo, sirve más que nada para peinarlo. Asimismo, el peine es una instrumento útil para el pelo largo perfectamente desenredado, pero por si solo no podrá desenredar.
Por otra parte, el cardador es un instrumento universal e idóneo para cualquier tipo de pelo, porque permite abrir bien el pelo y separarlo, de modo que se formen menos nudos. Con el cardador podemos eliminar también el pelo que está fase de muda.
El cardador está compuesto de dientes de diferentes tipos que pueden desenredar, pero hay que utilizarlo con cuidado, debido a que los movimientos demasiado bruscos pueden arañar la piel. Elegiremos la talla del cardador en base tamaño de la parte de pelo que vamos a desenredar; los cardadores pequeños están indicados para las zonas reducidas, como las patas o el hocico.
Os aconsejamos tener a mano cardadores de diferentes tamaños, por ejemplo uno para todo el cuerpo y uno sólo para las zonas donde tenemos que trabajar más minuciosamente.
Si los dientes del cardador empiezan a doblarse, es hora de sustituirlo con uno nuevo.
Cómo cepillar al perro y quitar el subelo
Da igual como movamos la herramienta, lo importante es que el cepillo o el cardador sean capaces de abrir el pelaje y que podamos ver la piel.
El cepillado tiene que hacerse desde las raíces hacia las puntas, no cepillando solo la parte final. Obviamente esto es fundamental en los perros que tienen subpelo, pero vale también para las razas que no lo tienen, porque los nudos se forman igualmente partiendo de las raíces.
Si el pelaje de tu perro tiene subpelo, los nudos se crean entre el mismo subpelo y el pelo, formando un bola de pelo enredada que resulta difícil desenredar (¡a menos que, naturalmente, vuestro sueño no sea tener un perro con rastas!).
Ten especial cuidado en primavera y otoño, son las estaciones en las que es más importante eliminar el subpelo.
Eliminarlo en el período equivocado, puede llavarnos a estropear las características del pelo propias de la raza.
El subpelo no se elimina con las manos, se elimina con el cardador haciendo movimientos a lo largo de la largura del pelo (de la raíz a la punta) y no con movimientos circulares. Es importante tensionar la piel con una mano y con la otra cepillar para evitar así que la piel se estrese.
Es indispensable cepillar todas las partes del cuerpo, insistiendo en las zonas donde el perro produce más subpelo o donde más se enreda (en las partes posteriores, cerca de los collares o los arneses, hacia el final de las orejas, lomo, etc.). Cabe destacar que el baño nos ayuda a eliminar le pelo durante la muda.
Si el pelo no se suelta, no insistais: debe ser una eliminación natural, de lo contrario estamos arrancando el pelo.
Cuando queráis cepillar a vuestro amigo, llamadlo con un tono alegre y dadle algún premio. Empezad con un cepillado delicado, para pasar después a un cepillado más profundo para desenredar los nudos. Tened cuidado de no cepillar a contrapelo: no le gustará mucho al perro y os arriesgais que la próxima vez que os vea con el cepillo en la mano salga corriendo.