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El 5 de junio se celebra el Día Mundial del Medio Ambiente, una ocasión para reflexionar sobre la relación entre los seres vivos y la naturaleza y para promover un comportamiento respetuoso hacia nuestro Planeta. En este contexto, es crucial examinar cómo las mascotas, en particular los perros, interactúan con su entorno. Los perros, compañeros fieles de muchas personas, tienen un impacto significativo en los entornos que frecuentan, influyéndolos y siendo influenciados a su vez.
En este artículo, de hecho, exploraremos cómo el entorno influye en el comportamiento de los perros y cómo, a su vez, los perros pueden influir en el mismo entorno. Trataremos temas como la importancia de recoger los desechos fisiológicos de los perros, las razones detrás del comportamiento de comer hierba y cómo los perros pueden contribuir a los cambios en los ambientes con los que interactúan.

Comprender cómo los perros y el ambiente se influyen mutuamente nos ayudará a desarrollar una mejor relación con los lugares que habitamos.
La interacción entre el ambiente y el perro
El ambiente como espacio de estímulos
Para los perros, el entorno es mucho más que un simple lugar físico; es un espacio rico en estímulos sensoriales que influyen profundamente en su comportamiento y bienestar. Cada paseo por el parque, cada excursión en la montaña o una simple vuelta de la cuadra ofrece al perro una amplia gama de estímulos a través de diferentes canales sensoriales: olfato, oído y vista. Un aspecto importante tanto a nivel conductual como fisiológico, ya que estimula procesos cognitivos para mantener al perro mentalmente activo, además de mantenerlo físicamente en forma.
Los olores son especialmente importantes para los perros, siendo animales dotados de un olfato extremadamente desarrollado. Sabemos que el hocico de nuestros peludos es muy especial… de hecho, un perro puede contener hasta 300 millones de receptores olfativos, una cantidad muchísimo mayor que la de los seres humanos. El cerebro de los perros está claramente adaptado para procesar y seleccionar los olores de su entorno, así como el nuestro está más preparado para el aprendizaje verbal. Para nuestros peludos, cada ambiente ofrece una miríada de información a través de los olores, que pueden influir en su comportamiento de diversas maneras: curiosidad, miedo, excitación o tranquilidad.

Lo que para nosotros puede ser un simple árbol, para nuestro perro es un punto lleno de descubrimientos.
Un ambiente estimulante y variado contribuye no solo al bienestar físico del perro, sino también al mental. El aburrimiento y la falta de estímulos pueden llevar a comportamientos como masticar objetos inapropiados, ladrar excesivamente o escarbando la tierra en el jardín, eventos que pueden estar relacionados con el estrés. Por lo tanto, es esencial proporcionar a los perros un ambiente rico en estímulos, diversificado y seguro, de modo que puedan explorar y satisfacer sus necesidades fisiológicas.
El entorno urbano, por ejemplo, puede presentar desafíos particulares para los perros. Las ciudades están llenas de estímulos, pero también pueden ser una fuente de tensión debido al tráfico, los ruidos fuertes y la gran cantidad de personas que se encuentran cada día. Todas estas son grandes emociones que nuestro compañero de cuatro patas debe gestionar. Para ayudarlo a enfrentarlas, es fundamental acostumbrarlo gradualmente desde cachorro, para que desarrolle todas las competencias necesarias para vivir con serenidad en cualquier entorno. Además, es importante que los dueños de perros que viven en la ciudad encuentren maneras de ofrecer a sus animales experiencias de calidad, como paseos en parques y juegos interactivos, para evitar que el perro desarrolle con el tiempo señales de estrés.
Oler y explorar el territorio es realmente importante para nuestro perro. Le permite adquirir y liberar información importante a través de las marcas, conocer el entorno y orientarse… ¡como si tuviera su propio mapa personal! 🤭
¿Por qué el perro marca el territorio?
El propósito es justamente fijar las coordenadas de su territorio, hasta llegar a la composición de este mapa virtual, útil para reconocer las etapas, los caminos y los límites establecidos por él.
Pero no solo eso, cuando el perro marca el territorio en realidad está comunicando, transmitiendo las emociones que siente en ese momento y dejando información para otros perros que pasarán por el mismo lugar. Algunos estudios incluso sugieren que de estas marcas pueden inferir cuánto tiempo ha pasado desde que otro individuo estuvo allí.
Desde otro punto de vista, al olfatear aquí y allá durante su paseo, nuestro perro también está recibiendo información del entorno y de otros perros que han pasado. Está conociendo el mundo a través de su olfato, así como nosotros lo hacemos diariamente a través de nuestra vista.
¿Debo recoger los excrementos de mi perro?
Una de las reglas fundamentales para los dueños de perros es recoger los desechos de sus mascotas. Este gesto sencillo tiene un gran impacto en el medio ambiente, en la vida de otros animales y de las personas. Los excrementos de los perros pueden contener bacterias y parásitos peligrosos, como E. Coli, Giardia y Salmonella, que pueden contaminar el suelo y el agua, representando un riesgo no solo para otras mascotas, sino también para los humanos.
Hace algún tiempo escribimos un artículo precisamente sobre las enfermedades de los perros, cuáles son y cómo se transmiten.
Además, los excrementos de los perros no se descomponen tan rápidamente como podría pensarse. En entornos naturales como parques y áreas montañosas, la descomposición puede tardar meses, durante los cuales las bacterias y los parásitos pueden propagarse. En particular, en áreas montañosas, es esencial recoger los desechos de los perros para evitar contaminar la flora y fauna local. Los ecosistemas montañosos suelen ser frágiles y no están adaptados a las bacterias presentes en los excrementos de los perros, lo que puede alterar el equilibrio natural y dañar las especies autóctonas.
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Recoger los desechos de tu perro debería ser un hábito cotidiano.
Recoger los desechos de los perros no es solo una cuestión de limpieza, sino también de protección ambiental. Los excrementos pueden contribuir a la eutrofización de las aguas superficiales, un proceso que provoca una proliferación excesiva de algas y plantas acuáticas, reduciendo la cantidad de oxígeno disponible para otros organismos y comprometiendo la biodiversidad local. Además, en entornos urbanos, los excrementos no recogidos pueden terminar en los sistemas de drenaje y contaminar las aguas locales, con impactos negativos en la calidad del agua y en la fauna acuática.
¿Por qué mi perro come hierba?
Uno de los comportamientos más curiosos observados en los perros es comer hierba. Este hábito particular es muy común entre los peludos, tanto que ha suscitado muchas hipótesis entre los expertos. Algunos creen que los perros comen hierba para mejorar la digestión o para aliviar problemas gastrointestinales. La hierba puede actuar como un emético natural, induciendo el vómito y ayudando al perro a expulsar sustancias no deseadas del estómago.
Otros expertos sugieren que la hierba puede proporcionar nutrientes esenciales o ayudar a eliminar parásitos intestinales. Algunas teorías proponen que comer hierba es un comportamiento heredado de sus ancestros salvajes, los lobos, quienes consumían vegetación para complementar su dieta basada en carne. ¿Sabías que los perros también pueden llevar una dieta vegana?
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Comer hierba es un comportamiento completamente normal en nuestros amigos peludos.
Es importante notar que comer hierba generalmente se considera un comportamiento natural para los perros y no es motivo de preocupación a menos que esté acompañado de signos de malestar o consumo excesivo. Sin embargo, es importante asegurarnos de que la hierba no tenga rastros evidentes de pesticidas u otras sustancias químicas dañinas que puedan afectar la salud del perro.
Además, hay que tener en cuenta que comer hierba también puede ser un comportamiento que el perro realiza para afrontar una situación estresante. Si tenemos dudas al respecto, siempre podemos consultar a profesionales del sector, como educadores e instructores caninos o veterinarios expertos en comportamiento.
¿Cómo mi perro puede influir en el medio ambiente?
Erosión del suelo y daños a la vegetación
Los perros pueden contribuir a la erosión del suelo y causar daños a la vegetación, especialmente en áreas naturales y parques públicos. Por ejemplo, el pisoteo repetido de los perros puede compactar el suelo, reduciendo su capacidad para retener agua y sostener el crecimiento de las plantas. Esto puede llevar a la muerte de plantas locales y a la erosión del suelo, causando la pérdida de hábitats para otras especies. Naturalmente, estas condiciones no son comunes ni ocurren en un corto período de tiempo, pero son consideraciones que vale la pena tener en cuenta.
Otro comportamiento a vigilar es el escarbar el suelo, una acción que puede dañar las raíces de las plantas, comprometiendo su salud y contribuyendo aún más a la erosión del suelo. En ambientes frágiles, como dunas costeras o praderas, el daño puede ser particularmente significativo, con efectos a largo plazo en la biodiversidad local.
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Algunos perros disfrutan cavar agujeros en el suelo, a veces demasiado…
Alteración de la fauna silvestre
Un paseo por la montaña con nuestro peludo puede realmente perturbar la fauna silvestre. La presencia de un perro en un área natural puede asustar a los animales salvajes, interrumpiendo sus actividades diarias normales, como alimentarse, descansar y reproducirse. Esta alteración puede tener efectos negativos en la salud y el éxito reproductivo de los animales salvajes.
A veces, los perros también pueden depredar pequeños mamíferos, aves, reptiles y anfibios, alterando las dinámicas predatorias locales. Aunque la mayoría de los perros domésticos no cazan activamente, su instinto depredador puede llevar a la captura no deseada de animales silvestres.
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Cuando estamos con nuestro perro en la naturaleza, recordemos no molestar a la fauna local.
Propagación de especies invasoras con el pelaje del perro
Los perros pueden contribuir involuntariamente a la dispersión de especies invasoras al transportar semillas, esporas y pequeños organismos en su pelaje o patas. Aunque el pelaje de los animales siempre ha sido una “técnica” que utilizan las plantas para dispersar sus semillas, llevar a nuestro perro a zonas con una biodiversidad delicada podría inducir la introducción de especies invasoras que compiten con las especies nativas, alterando los ecosistemas locales.
En particular, las plantas invasoras pueden establecerse rápidamente en nuevos ambientes, causando un cambio en la composición de la vegetación y comprometiendo los hábitats naturales.
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Un simple paseo por un campo puede convertir a nuestro perro en el transportador perfecto de polen de las flores.
Las interacciones entre los perros y los distintos tipos de ambiente destacan la importancia de un comportamiento responsable por parte de los dueños de mascotas. Recoger los excrementos, comprender los comportamientos naturales como comer hierba y ser conscientes del impacto que pueden tener en el medio ambiente son elementos cruciales para proteger la naturaleza y garantizar la coexistencia armoniosa de todas las formas de vida.
De hecho, un enfoque responsable y, sobre todo, consciente en la interacción entre los seres vivos y la naturaleza nos permitirá disfrutar plenamente de cada momento y lugar en el entorno que nos rodea, siempre acompañados por nuestro inseparable peludito.
Y recuerda, respetar el medio ambiente es respetarte a ti mismo.
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Artículo redactado con el asesoramiento de Chiara Festelli, Educadora Canina.
Artículo redactado con el asesoramiento de Chiara Festelli, Educadora Canina.