Los perros también, como nosotros los humanos, pueden tener fobias. A veces, a nuestros compañeros de vida les pasa experimentar una fuerte sensación de miedo ante determinadas situaciones, objetos, actividades o personas.
Subestimar estas fobias nunca es una buena idea. De hecho, minimizar el problema podría provocar una situación de estrés en nuestro perro. Esto puede llevar a largo plazo a crear patologías, un tema importante para nosotros y del cual hemos hablado en este artículo.
Hoy, en cambio, queremos ayudarte a conocer más a fondo las principales fobias de nuestros amigotes peludos, profundizando en cuáles son y, en consecuencia, cómo afrontarlas juntos, ayudándoles así a superar sus angustias. El bienestar de nuestra mascota siempre es importante.
Las señales que prueban si nuestro perro tiene miedo
El primer aspecto fundamental es observar cómo está nuestro amigo de cuatro patas. Aprendendiendo a reconocer su comportamiento, deberíamos ser capaces de entender si algo le molesta, para poder apoyarlo y ayudarlo.
He aquí hay algunos comportamientos que podrían hacerte entender que tu perro tiene miedo:
- sale corriendo y se esconde debajo de la cama, entre las cobijas o detrás de las piernas;
- tiembla visiblemente;
- camina teniendo la cola entre las patas y con actitud tensa;
- ladra repetidamente a personas, otros animales, objetos o paredes de la casa;
- reacciona de manera incontrolable con síntomas como salivación, diarrea o vómito.
Las fobias más comunes
Siempre hay que tomar en cuenta que incumbe a un veterinario profesional la correcta evaluación de las posibles fobias de nuestro perrito, pero podemos igualmente hacer una lista de los miedos más comunes entre los perros.
A continuación enumeramos seis de ellos en orden, a nuestro juicio, de importancia.
6. La fobia a las personas
En sexto lugar encontramos el miedo a las personas.
Algunos humanos sufren de cinofobia, es decir, el miedo a los perros, y como ya se puede entender este miedo también lo tienen los perros hacia nosotros. Este temor puede surgir a menudo, por ejemplo, por un trauma pasado o por un factor natural de crecimiento. La técnica del refuerzo positivo, combinada con calma y paciencia, puede permitir al perro de dejar atrás los malos recuerdos y de comenzar, o reecontrar, la socialización con el ser humano.
5. Fobia a los coches
El coche, que para nosotros es la base de la vida diaria, puede ser un desafío para nuestro perro. Este malestar es más común de lo que piensas, sea que él simplemente tenga que subirse al coche para un viaje o que se lo encuentre de paseo en la calle. Las soluciones para ayudarlo a lidiar con estas situaciones son:
- llevar a nuestros perros desde pequeños a viajar en coche, de escapadas, excursiones o más simplemente a donde vayamos;
- acostumbrar a nuestros cachorros al tráfico poco a poco, es bueno premiarlos durante el paseo cuando manejen de manera positiva la situación.
De esta forma, nuestro compañero asociará el medio de transporte a una experiencia positiva que que no hay que temer, facilitando mucho el viaje y la situación que de otra forma podría ser más complicada de manejar.
4. La fobia al veterinario
Se sabe, no es pan comido llevar nuestra mascota al veterinario… para él casi siempre es una experiencia de coacción, casi siempre estresante.
La causa de este malestar se puede atribuir al ambiente diferente en comparación con la tranquilidad de la casa: sonidos, olores y sensaciones distintos, pero también nuevos encuentros con personas y animales desconocidos, lo pueden asustar.
En realidad, si lo analizamos bien, el miedo comienza con el viaje en coche, como si nuestro perro percibiera por adelantado lo que le espera cuando lo llevamos de visita. Esto probablemente podría ocasionarse por nuestro comportamiento hacia él y por las actitudes que adoptamos inconscientemente.
Nuestra tarea, para hacer que las próximas experiencias sean más agradables, es tratar de acostumbrarlo a las visitas rutinarias periódicas, para que reconozca el entorno veterinario como un lugar familiar y por lo tanto seguro.
3. La fobia a la separación
En el tercer escalón del podio encontramos… el amor entre el perro y su dueño.
Sabemos que nuestros amigos fieles son tiernísimos. Es muy difícil para ellos mantenerse alejados de nosotros, y eso es mutuo, ¿es cierto?
Por eso tenemos la responsabilidad de educarlos (y educarnos) para una relación sana y armoniosa, haciendo de que el desapego sea natural.
De hecho, acostumbrar al perro a estar siempre cerca de nosotros no es bueno ni para él ni para nosotros. Pueden haber momentos en los cuales – por ejemplo un viaje de negocios – uno se vea obligado a alejarse de la casa por unos días; en este caso, lo mejor es enseñarle desde cachorro a no tener miedo de estar solo, para que aprenda que ¡siempre volveremos a él!
2. La fobia a las tormentas
En segundo lugar de esta lista especial encontramos las tormentas.
No solo por el ruido de los truenos, sino por algo que (quizás) no te esperabas: ¡la electricidad estática!
Este fenómeno hace que nuestros perros sientan un ligero hormigueo en el pelo, eso les incita a buscar refugio en zonas de la casa con menos carga electrostática. Generalmente son espacios en los cuales se concentran agua y humedad, que vuelven su piel menos vulnerable al fenómeno eléctrico.
Para confortar a nuestro amigo de cuatro patas, puede ser útil relajar el ambiente que le rodea con acciones como:
- aislar la casa del ruido cerrando las ventanas;
- encender la televisión o jugar con él para distraerlo;
- volver cómoda su camita para que se sienta seguro;
- relajar el ambiente con las notas perfumadas de Esmeralda, la delicada fragancia de Yuup!
- relajarlo con mimos y masajes.
1. La fobia a los fuegos artificiales
¿Quién ocupa el primer lugar de las fobias? Claramente no es una sorpresa… ¡son los fuegos del Año Nuevo!
Como ya sabrás, el oído es un sentido muy desarrollado en los perros.
Por lo tanto, podemos imaginar fácilmente que un ruido fuerte y repentino puede representar un buen susto; alimentando en él sentimientos como confusión, miedo y ansiedad, que pueden llevar a hiperventilación, taquicardia y, en algunos casos, pueden dar lugar a temblores.
¿Qué podemos hacer para tranquilizarlo?
Para empezar, recuerda: nunca deje sola a tu mascota. Mímalo sin exagerar e intenta hacerle sentir seguro, y a la vez, anímalo para que entienda que se trata de una situación normal.
En resumen, el mejor antídoto para cualquier fobia de tu perro, eres tú y vuestro amor incondicional y mutuo.