- ¡Sí! Descubramos qué sienten los animales y cómo nos lo demuestran
- ¿Los animales tienen sentimientos como los de los humanos?
- Los sentimientos de los animales y la inteligencia emocional
- Los animales tienen sentimientos y nos lo demuestran todo el tiempo
- La ciencia confirma que los animales tienen sentimientos
- ¿Y los perros tienen sentimientos?
- ¿Los gatos tienen sentimientos?
- ¿Las tortugas tienen sentimientos?
- ¿Los peces tienen sentimientos?
- ¿Los animales no sienten dolor?
- Sentimientos animales y evolución
¡Sí! Descubramos qué sienten los animales y cómo nos lo demuestran
Ojos tiernos que nos miran, ronroneos que derriten nuestros corazones, pero también colitas locas, chirridos de alegría y otros comportamientos definitivamente especiales…
Sí, los animales tienen sentimientos y la ciencia está cada vez más de acuerdo en que las emociones que sienten van mucho más allá de su instinto de supervivencia.
La esencia de la cuestión es esta: los humanos interpretamos los sentimientos y las emociones de los animales en función de cómo se comportan con nosotros y con sus congéneres.
En otras palabras, deducimos que los animales tienen sentimientos porque observamos sus acciones y reacciones y sacamos conclusiones «emocionales». Por ejemplo: si la mascota corre alegremente hacia nosotros y nos lame de pies a cabeza, sólo podemos deducir que está feliz, o si vemos un pájaro bañándose en una fuente, podemos pensar que está tranquilo y relajado. Quizás observamos al hámster girando en la rueda, y sonreímos porque para nosotros está jugando y, por lo tanto, siente alegría, porque se está divirtiendo mucho.
O, cuando miramos a los peces dorados rozándose en la pecera, pensamos que están celebrando el Día de San Valentín.
En todos estos momentos reflejamos en nuestros animales comportamientos que nos pertenecen, deduciendo que están experimentando emociones muy específicas, como alegría, serenidad, felicidad e incluso amor.
¿Pero es realmente así?
¿Los animales tienen sentimientos iguales a los que tenemos los humanos?
Y si es así, ¿los animales muestran los sentimientos al igual que nosotros?
¿Los animales tienen sentimientos como los de los humanos?
Alegría, euforia, amor incondicional. Pero también empatía, perdón y generosidad.
Y, viceversa, dolor, ira, sufrimiento… Incluso con sólo leer uno de estos estados, podemos afirmar que los animales tienen sentimientos, porque lo vemos y lo percibimos cada día con los corazones de cuatro patas que acompañan nuestra vida.
Y podemos ver y comprender que los animales tienen sentimientos incluso cuando vemos una película, una serie de televisión o mejor aún un documental donde ellos (y sus sentimientos) son protagonistas.
¿Cómo olvidar la elegante posición del perro Hachiko esperando a su humano en la estación de tren?
¿O la mirada protectora del gato Bob hacia su débil amigo humano en la película “Un Gato Callejero Llamado Bob”?
Podríamos mencionar muchas películas o series de televisión donde los animales nos cuentan y nos muestran sus sentimientos y emociones y hoy hablamos precisamente de esto, apoyándonos en algunas investigaciones científicas que han estudiado y examinado en profundidad si los animales tienen sentimientos, de qué manera y con qué que intensidad.
Los sentimientos de los animales y la inteligencia emocional
Como seres humanos contamos con inteligencia emocional, es decir, la capacidad de comprender, gestionar y utilizar nuestros sentimientos y emociones, para intentar comunicarnos mejor y también para aliviar situaciones estresantes.
En este artículo dedicado al lenguaje de los perros, hemos visto, de hecho, cómo los corazones de cuatro patas han heredado de los lobos la capacidad y la voluntad de resolver situaciones de riesgo, por lo que su comportamiento siempre tiene por objeto traer paz y serenidad.
Esto, por lo tanto, es una clara confirmación de que los animales tienen sentimientos y de que su forma de actuar está impulsada por un «planeta emocional», exactamente como nos ocurre a los humanos.
De hecho, animales como los mamíferos, los peces y las aves cuentan con sensibilidad, lo que significa que utilizan la información «emocional» para muchos fines. Entre ellas, se encuentran las primarias, como encontrar los recursos alimentarios que necesitan, defenderse de los depredadores y proteger su territorio, pero también establecer vínculos sociales, entre ellos y con nosotros, los humanos.
Los animales tienen sentimientos y nos lo demuestran todo el tiempo
Como seres humanos, tenemos diferentes formas de expresar los sentimientos que vivimos.
Cuando reímos a carcajadas estamos felices, cuando lloramos estamos muy tristes, cuando estamos inquietos hacemos caras y, en general, todo nuestro cuerpo muestra las emociones y los sentimientos que estamos sintiendo en ese momento.
Pero, ¿cómo muestran los animales sus sentimientos? Más o menos como nosotros, con su cuerpo. De hecho, investigadores y estudiosos han aprendido a evaluar parámetros fisiológicos y también a «traducir» el lenguaje corporal del animal.
Todo en un animal habla de emociones y sentimientos, desde la cola del perro que se mueve frenéticamente cuando está agitado, hasta la del gato que forma un signo de pregunta cuando está definitivamente feliz.
Estos ejemplos nos resultan familiares, porque pertenecen a los peluditos que viven con nosotros, pero, por ejemplo, los monos se ríen a carcajadas mientras juegan entre ellos, porque sienten alegría, los ratones emiten un silbido y saltan cuando están felices, mientras que cuando los caballos se sienten tristes y sufren de soledad, pueden echar las orejas hacia atrás o mover repetidamente la cabeza a izquierda y derecha.
La cuestión es que, para entender si los animales tienen sentimientos como los nuestros, debemos recordar dos cosas fundamentales.
La primera es que, en ellos, el instinto de supervivencia es fuerte y activo, y éste puede generar emociones y sentimientos específicos, relacionados precisamente a la necesidad ancestral de sobrevivir.
La segunda es que hay emociones primarias que los estudiosos han definido, basándose en los estudios de Darwin, como alegría, ira, disgusto, tristeza, miedo y sorpresa.
Luego hay las emociones secundarias, que son más complejas, se originan a partir de emociones primarias, pero se desarrollan sobre todo en la edad adulta. Ejemplos de emociones secundarias difíciles son la vergüenza, la envidia, los celos, la culpa, la ofensa, la ansiedad, la decepción y la nostalgia, mientras que las emociones secundarias positivas son la esperanza, el alivio y el perdón.
El hecho de que los animales tengan sentimientos o experimenten emociones primarias ha sido profundamente estudiado y, por lo tanto, demostrado.
El hecho de que los animales puedan vivir emociones más complejas ha sido estudiado menos, ya que es más complejo.
Profundicemos más en este tema específico de los sentimientos animales.
La ciencia confirma que los animales tienen sentimientos
Según el psicólogo estadounidense Jaak Panksepp, para los animales los sentimientos son como un semáforo relacionado a su capacidad de sobrevivir.
Las emociones negativas como el miedo o la tristeza encienden una luz roja, es decir, le advierten que está entrando en una zona donde su supervivencia podría estar en riesgo.
Por el contrario, los sentimientos positivos como la felicidad y la alegría encienden una luz verde, lo que indica que todo va bien.
Esta explicación está relacionada a las referencias más primarias y ancestrales de los animales. Su capacidad para sentir sentimientos también fue confirmada por un estudio realizado por los científicos de la Universidad Queen de Belfast.
En este caso los estudiosos han definido que los animales tienen sentimientos positivos cuando experimentan éxito y sentimientos pesimistas en caso de derrota.
¿Qué significa?
Los científicos analizaron estudios basados en cómo se comportan los animales que adquieren recursos o compañeros para ver qué papel juegan los sentimientos en estos procesos. Fue entonces definido que los sentimientos de los animales y sus estados de ánimo juegan un papel fundamental en sus decisiones.
Por ejemplo, los animales que habían superado un conflicto demostraron estar más motivados para competir con sus congéneres en situaciones futuras, mientras que los animales que habían salido derrotados estaban más desmotivados.
Estos ejemplos demuestran que los animales tienen sentimientos complejos, pero también que estos juegan un papel muy importante en sus vidas, ¡como nos pasa a los seres humanos!
¿Y los perros tienen sentimientos?
¿Cuántas veces nos hemos preguntado si los perros tienen sentimientos? ¿Cuántas veces al salir de casa nos miraron “mal” y nos preguntamos “quién sabe si estará triste sin mí”? ¿O hemos pensado en lo feliz que estará cuando lleguemos a casa?
Redoble de tambores… la respuesta obviamente es: ¡por supuesto!
Y además de sentir alegría, tristeza, miedo, felicidad, o sea una variedad de sentimientos y emociones que como humanos reconocemos muy bien, los peluditos también son capaces de reconocer lo que sentimos.
Un artículo de Claudia Negrisolo, editado por el equipo científico de Kodami y validado por Luca Spennacchio, confirma que los perros tienen sentimientos y retoma un estudio realizado en 2022 por Paola Valsecchi, profesora de Etología Aplicada en la Universidad de Parma.
Este estudio plantea la hipótesis de que los peluditos en realidad son capaces de ir más allá de las emociones primarias (alegría, tristeza, ira, disgusto, miedo o ansiedad, sorpresa) y también experimentar emociones complejas como los celos.
Basémonos en el hecho que los sentimientos en los animales, como en los humanos, son un universo interno, a través del cual se interpreta el mundo, una especie de brújula que guía el comportamiento.
Si, por ejemplo, sentimos miedo, podemos encerrarnos en nosotros mismos, elegir escapar o incluso atacar, así como si estamos enojados podemos discutir o pelear o, si estamos muy felices, incluso experimentar sentimientos tan fuertes hasta llorar de alegría o abrazar a alguien…
El tema de los sentimientos es muy complejo y fascinante, al fin y al cabo involucra procesos físicos, cognitivos (vinculados al proceso de conocimiento y relacionados con la conducta) y también procesos sociales. Los sentimientos también afectan intensamente a la memoria, tanto en los humanos como en nuestros amigos peludos. Cuando el perro se encuentra en un estado de miedo o agitación puede tener dificultades para responder al llamado de su humano, mientras que cuando está tranquilo y alegre está más predispuesto a escuchar.
Es por esto que, en la educación canina moderna, la base fundamental es el bienestar psicofísico del animal, precisamente porque en la mayoría de los casos el comportamiento problemático o “peligroso” no es más que la manifestación de un malestar.
Una pregunta muy interesante es esta: ¿podemos definir los sentimientos de los animales y, en este caso de los perros, como positivos o negativos?
También en este caso existen diferentes escuelas de pensamiento, algunas definen que ninguna emoción es negativa en sí, pero puede llegar a serlo cuando no somos capaces de gestionarla.
Por ejemplo, el miedo lleva a la prudencia, sin tristeza no podríamos conocer la alegría… ¡por lo tanto cada emoción tiene un significado y una consecuencia!
Esto nos lleva a pensar que, sabiendo que los animales tienen sentimientos, también sabemos que tienen su propia personalidad.
Como mencionado, además de tener sentimientos, los perros también pueden entender los de los humanos. De hecho, logran construir un vínculo indisoluble que conduce a una verdadera armonía.
Entre las diversas investigaciones sobre este tema destaca la realizada por la Universidad de Lincoln (Reino Unido). En este estudio, a los perros se les presentaron expresiones faciales humanas y de otros perros relacionadas con emociones de felicidad y alegría o miedo y agresión, acompañadas de vocalizaciones individuales asociadas con las mismas emociones. Se observó que los perros observaban durante mucho más tiempo los rostros cuyas vocalizaciones eran compatibles con la expresión misma, una habilidad previamente reconocida sólo en los humanos. Estos resultados demostraron que el perro puede reconocer información sensorial bimodal, pero sobre todo diferenciar emociones positivas y negativas tanto en humanos como en sus congéneres y en consecuencia emitir diferentes comportamientos en función de las emociones y reacciones de los humanos que lo acompañan.
Esto puede explicar científicamente lo que quizás ya sabemos, es decir, si un perro vive con personas equilibradas que le muestran amor, él, a su vez, puede ser un perro equilibrado que muestra amor a su compañero humano.
Por ejemplo, ¿alguna vez has saltado de alegría en casa ante noticias importantes y has visto a tu Fido levantarse sobre dos patas y mover la cola de felicidad?
Desafortunadamente, lo contrario también es cierto.
Un estudio realizado por el departamento de Biología de la Universidad de Nápoles analizó el impacto de las señales químicas de los estados emocionales humanos en el comportamiento de los perros, demostrando que los peludos activan comportamientos típicos de estrés cuando huelen a un ser humano asustado. Esto nos hace entender la importancia de la comunicación emocional para el perro y cómo este aspecto también puede impactar en su bienestar.
Sabemos que el miedo es una emoción que también se puede sentir a través de la herencia ancestral, es decir, como humanos lo heredamos de los tiempos en que nuestros antepasados tenían que defenderse de animales feroces y desastres naturales.
Hoy en día, aunque no hayan tigres esperándonos en los semáforos, todavía sentimos miedo ante acontecimientos y situaciones, a menudo en cantidades desproporcionadas, y esto puede ser una de las principales fuentes de ansiedad y estrés.
Así que es fácil entender nuestro corazón de cuatro patas, porque conviviendo con nosotros los humanos que a veces estamos hiperestresados por las situaciones cotidianas, ellos a su vez pueden manifestar este malestar emocional.
Una última investigación, cuanto menos sorprendente, llevada a cabo por la Universidad de Londres, demuestra que también los animales tienen sentimientos y, en particular, que los perros son devotos del altruismo.
Según este análisis, las mascotas son capaces de conectarse con el estado emocional de los humanos casi de inmediato y, en particular, algunas razas, muestran inmediatamente una voluntad de ayudar y brindar consuelo si sienten que el humano lo necesita, esto destaca la sensibilidad y la inmensidad de estas maravillosas criaturas.
¿Los gatos tienen sentimientos?
En este momento, los cat lovers estarán poniendo los ojos en blanco y estarán diciendo: “¿Qué preguntas estás haciendo? ¡Por supuesto que los gatos tienen sentimientos! De lo contrario, ¿cómo se explican esos ronroneos, estas lamidas en la frente y esas miradas tan dulces?
La respuesta, por lo tanto, es sí: los gatos definitivamente tienen sentimientos y emociones.
Seguramente sienten las emociones primarias, definidas por Darwin como alegría, tristeza, ira, miedo, asco y sorpresa, que son las que facilitan la sobrevivencia.
Pero también sienten otras emociones, que podemos definir como secundarias, sobre todo la empatía, es decir la capacidad de entender perfectamente qué emociones estamos sintiendo los humanos en ese momento.
Hay quienes atribuyen esta capacidad al carácter mágico de estos felinos, pero una investigación publicada en Current Biology nos dice que los gatos establecen vínculos emocionales muy estrechos con las personas que les importan y, precisamente a partir de esos vínculos, son capaces de interpretar las emociones de los demás.
Las manifestaciones, sin embargo, deben ser obvias.
Cualquiera que tenga un gato y haya vivido un momento de fuerte tristeza o desaliento habrá tenido, al menos una vez, la experiencia de verlo acercarse suavemente y acercarse como sólo él sabe hacerlo. Esto puede ser una señal de que el gato necesita primero comprender mejor lo que está pasando y luego acurrucarse junto a su humano y comenzar a ronronear.
Como ocurre con todos los animales, en estos casos mucho depende de la personalidad del felino y de su grado de socialización… ¿o podemos decir, de su personalidad?
Sí, porque hemos visto que los animales tienen sentimientos, que generan lo que es una verdadera personalidad.
En este caso, si el gato nos ve sufriendo y se acerca, primero quiere ‘ver con claridad’ y luego, una vez que ha comprendido que sufrimos, probablemente nos muestre su cercanía, lo que es una auténtica medicina para el corazón de nosotros los humanos.
¿Las tortugas tienen sentimientos?
Las tortugas pueden parecer un poco indescifrables, pero como hemos definido que los animales tienen sentimientos, incluso estas extraordinarias y longevas criaturas no son diferentes.
Según una investigación publicada en la Biblioteca Nacional de Medicina, existen numerosos estudios que afirman que los reptiles saben sentir emociones y estados como ansiedad, estrés, excitación e incluso miedo. En particular, la investigación se enfocó en analizar otros estudios realizados a lo largo del tiempo, confirmando que las tortugas y los reptiles en general están sometidos a fuertes cambios emocionales cuando se encuentran en estado de cautiverio, por ejemplo en una tienda de mascotas.
¿Cómo expresan sus sentimientos? Algunos estudios han descubierto que las tortugas aumentan su frecuencia cardíaca y esto debe interpretarse como un verdadero cambio emocional. Incluso cuando se las trata con delicadeza, las tortugas y las iguanas han mostrado una subida de la frecuencia cardíaca, lo que puede traducirse en un indicador de estrés emocional.
Esto demuestra una vez más que los animales tienen sentimientos, en este caso primarios como el miedo.
¿Los peces tienen sentimientos?
Ahora sabemos ampliamente que los animales tienen sentimientos, pero para algunas especies es más difícil reconocerlos. Los peces están entre estos, porque viven en un ambiente muy diferente al nuestro con leyes propias, su forma de comunicarse es muy diferente a la de otros animales como los mamíferos.
Desafortunadamente, durante mucho tiempo se pensó que los peces no tenían sentimientos, pero a lo largo de los años la investigación científica (Universidad de Calgary) ha profundizado, y ahora también ha demostrado, la capacidad de los peces para detectar el miedo en sus congéneres y de tenerlo ellos también.
Esta capacidad está regulada por la oxitocina, una de las hormonas del bienestar que también es la base de la empatía en los seres humanos.
Permaneciendo en el entorno acuático, uno de los peces al cual más se le asocian emociones es el pulpo.
Luego de un largo estudio, la Universidad de San Francisco definió que a pesar de ser invertebrados, los pulpos sienten dolor como los mamíferos y tienen un sistema emocional complejo.
El hecho de que estos increíbles animales tengan tres corazones y estén dotados de una inteligencia increíble puede sugerir que tienen sentimientos, pero la cuestión es bastante compleja, porque es inteligencia animal comparada con la inteligencia humana.
Son frecuentes las noticias sobre pulpos en cautiverio que logran escapar incluso de las situaciones más raras, dada su capacidad de apretarse más allá de lo imaginable, de levantar grandes pesos y también de encontrar salidas para irse.
Porque a los pulpos ciertamente no les gusta el cautiverio.
Según un artículo de The London Review, de la Universidad de Otago, Nueva Zelanda, un pulpo fue liberado porque provocó cortocircuitos al rociar agua contra las bombillas del acuario.
¿Podríamos decir razonablemente que ese pulpo estaba enojado por su condición y reaccionó en consecuencia?
La ciencia es prudente al respecto, pero, a este respecto, la historia del estudioso de los cefalópodos Jean Boal es bastante interesante. La científica le estaba dando un calamar descongelado a un pulpo, aunque no es una de sus comidas favoritas, al contrario. En lugar de comérselo, el pulpo lo envolvió con su tentáculo y, mirándola, lo tiró por el desagüe.
Detrás de este comportamiento hay una inteligencia considerable, pero de aquí a afirmar que los pulpos tienen sentimientos aún queda un largo camino por recorrer. ¡Sin duda se encuentran entre las criaturas más especiales del mundo!
¿Los animales no sienten dolor?
Todo lo que hemos visto hasta ahora sugiere que los animales sienten emociones, incluido el dolor.
De hecho, muchas personas se preguntan si los animales no sienten dolor, la respuesta es sí, lo sienten y lo expresan a su manera.
Claramente sabemos que si actuamos sobre la causa del sufrimiento, el comportamiento puede mejorar, obvio.
La cuestión es que nos corresponde a los humanos comprender que los animales están sufriendo y actuar en consecuencia, porque obviamente no pueden decirnos si tienen malestar físico o emocional.
De hecho, es necesario observarlos, perfeccionar la empatía, pasar tiempo con ellos y analizar posibles anomalías de comportamiento, para poder actuar y, si es dolor físico, pedir ayuda a nuestro veterinario de confianza para aliviar el dolor en los animales e intentar resolver el problema.
El dolor emocional, en cambio, es difícil de reconocer, sólo mirando a los ojos nuestro corazón de cuatro patas, y con extrema sensibilidad y empatía, podremos entender si está sufriendo.
Sentimientos animales y evolución
Ahora que hemos visto algunos estudios sobre el hecho de que los animales tienen sentimientos, es interesante definir que lo que sienten, especialmente en el caso de nuestras mascotas. De todas formas está controlado por un sistema cerebral diferente al de los seres humanos.
Sin dudas podemos decir que las emociones en los animales son herramientas fundamentales para asegurar la supervivencia.
En los humanos esto se ha ido perdiendo con la evolución, mientras que en los animales es fundamental para tomar la decisión correcta en el momento adecuado, porque sirve para protegerse, para formar vínculos de pareja, en definitiva, para sobrevivir.
Sin embargo, hay un último aspecto que merece ser tratado, porque tiene que ver con el más fuerte de los sentimientos, con la fuerza que puede mover el mundo y lo regula todo: el amor.
Podemos pensar que los animales se aparean sólo con fines reproductivos, pero dado que los animales tienen sentimientos, ¿no es razonable pensar que ellos también se enamoran?
Como lo hemos visto, siempre es bueno dividir las emociones y entenderlas de manera diferente a las que sentimos los humanos, porque los procesos cognitivos, es decir, los que están vinculados al conocimiento, son diferentes.
Sin embargo, ¿cuántas veces hemos visto perros intercambiando gestos cariñosos incluso sin fines puramente reproductivos? ¿Y qué pasa con los patos y los gansos, o los lobos, entre los cuales nacen vínculos de pareja muy fuertes que duran toda la vida?
A diferencia de las emociones primarias, como el miedo, que se manifiesta claramente con comportamientos obvios como hacer caras, bajar las orejas o salir corriendo, el amor no es una emoción tan reconocible por el exterior.
El amor es un estado interno y sólo quien lo experimenta puede intentar explicarlo. De hecho, ¡es cierto que ni siquiera los humanos somos capaces de explicarlo!
Sin embargo, si los animales tienen sentimientos tan fuertes que permanecen juntos durante años, probablemente esto pueda ser una forma de amor.
Así como lo que nuestro peludito siente hacia nosotros puede ser amor, sobre todo cuando también le demostramos que sentimos el mismo sentimiento.
Basta con pensar en el vínculo con nuestra mascota, ¿cuántas veces los encontramos pegados a nosotros durante horas?
Ya sabemos que los animales tienen sentimientos y experimentan emociones muy complejas, y ahora estamos seguros de eso gracias a la ciencia, aunque en el fondo de nuestros corazones ya lo sabíamos.
¿Para qué necesitamos esta confirmación? Intentar no hacer sufrir nunca a los animales, ayudarlos a estar cada vez mejores, e intentar comprenderlos, respetarlos y amarlos como se merecen por todo el cariño incondicional que nos demuestran cada día.
Artículo redactado con el asesoramiento de Chiara Festelli, Educadora Canina.