¡El 21 de enero se celebró el Día Mundial de la Nieve! ¿Qué mejor ocasión para hablar de la relación de nuestros queridos perros con la nieve?
En este artículo descubriremos juntos qué razas aman perdidamente la capa blanca y suave de los paisajes nevados. ¿Pero hay razas que se adaptan mejor al frío? ¿A todos nuestros amigos de cuatro patas les gusta revolcarse en la nieve?
¡Descubramos juntos estas y otras curiosidades, consejos e incluso ideas para un día en la nieve juntos con nuestros corazones de cuatro patas!
Las razas de perros que aman la nieve
Algunas razas, por su predisposición y su origen, son ciertamente más adecuadas para permanecer incluso durante períodos largos en las duras temperaturas invernales. Pensemos, por ejemplo, en el Husky y en los numerosos vídeos que se encuentran en Internet, en los que su humano lo invita a entrar en casa durante una fuerte nevada, pero el peludo prefiere quedarse afuera para disfrutar de los grandes copos blancos que caen del cielo.
Ciertamente las razas que más aman la nieve son aquellas que por naturaleza tienen un pelaje apto para resistir el frío. Normalmente estos perros tienen un subpelo muy grueso que los mantiene abrigados incluso en los momentos más fríos. A esto se suma el pelo exterior más fino y largo, que les protege de la humedad y de la nieve.
¿A qué razas de perros les encanta revolcarse en esta extensión blanca y suave? ¡Descubrámoslo ahora!
Husky siberiano y Malamute de Alaska
Como ya se ha mencionado, es necesario y casi obvio mencionar al Husky Siberiano y al Malamute de Alaska.
Acostumbrados a los duros climas de Siberia, estos perros tienen un pelaje grueso que los aísla del frío. Esta característica, combinada con su tamaño y fuerza, los convierte en una raza fuertemente estructurada para afrontar las condiciones climáticas más difíciles como la nieve.
Son excelentes compañeros de aventuras, conocidos por su energía inagotable, pero también, sin duda, un símbolo de elegancia y de belleza en el mundo canino.
Ambas razas, es decir Husky Siberiano y Malamute de Alaska, son entre las más utilizadas en el remolque de trineos, generalmente sobre superficies heladas o nevadas. ¡Como Balto, que es un ejemplo de perro de trineo muy valiente que ninguno de nosotros olvidará jamás!
Pastor de Maremma
A muchos perros pastores les encantan las aventuras en la montaña y, a veces, en la nieve.
Por ejemplo, los Perros Pastores de Maremma son ejemplares que se divierten increíblemente en la nieve. Aún sin tener en cuenta el espeso pelaje que los caracteriza, gracias a su constitución fuerte combinada con su temperamento tenaz pueden soportar los climas más fríos.
De hecho, a estos perros les encanta dormir al aire libre incluso con clima desfavorable, son indiferentes a la lluvia o la nieve y se acurrucan en el suelo, llevando su cola cerca de nariz y patas para protegerse. Por lo tanto, son ciertamente adecuados para acompañar a sus humanos en aventuras en la nieve. Ya sea un paseo por el campo nevado o una excursión invernal, siempre estarán extraordinariamente ilusionados.
Pastor Blanco Suizo
Entre los Perros Pastores también encontramos al Pastor Blanco Suizo, blanco como la nieve… entonces, ¿cómo no la va a amar? De hecho, ¡las montañas y la nieve son su hábitat favorito! A este pequeño lobo blanco le encantan los lugares abiertos donde puede correr como loco, liberar toda su energía, camuflarse en la nieve y luego, de repente, salir y correr hacia su humano, saltando de alegría. Pero igualmente agradecerá caminar a nuestro lado, seguirnos como una sombra y perderse oliendo los mil olores diferentes de la naturaleza.
El Pastor Blanco Suizo nació de un apasionado esfuerzo de selección. De hecho, originalmente era conocido como una de las muchas variantes de color del maravilloso Pastor Alemán, pero fue excluido de la sociedad que protege esta raza porque se consideraba demasiado visible durante las patrullas nocturnas. Los Alpes Suizos fueron los primeros en obtener los requisitos para que la raza fuera reconocida por la FCI, separándola de la del Pastor Alemán.
Su pelaje es doble, denso y adherido al cuerpo con un subpelo abundante, por lo que es capaz de soportar incluso las temperaturas más frías. ¿Otra característica importante de su pelaje? Es vítreo, es decir autolimpiante, por lo que además de secarse de forma rápida casi en un tiempo récord, la suciedad acumulada se seca y cae al suelo por sí sola.
Los que tienen a un Pastor Blanco Suizo como compañero de vida saben bien el rápido cambio emocional que se produce en cuanto ve la extensión nevada… pura alegría.
Boyero de Berna
El Boyero de Berna, también conocido como Berner Sennenhund, llamado así por la región de Suiza donde comenzó su dinastía, puede no tener el pelaje denso y suave del Husky o del Malamute, pero sin duda es adapto para los climas fríos.
Estos gigantes buenos fueron criados para trabajar en granjas suizas de los Alpes cubiertos de nieve. Con su cuerpo robusto, su largo pelaje que les proporciona una excelente protección contra el frío y su dulce temperamento, saben ser verdaderos amigos del invierno y de la nieve.
Samoyedo
También llamados «perros sonrientes» por sus expresiones divertidas y alegres, el Samoyedo es una simpática bola de pelo y tiene una gran afinidad con diferentes condiciones climáticas. De hecho, es una de las razas más conocidas entre los perros amantes de la nieve.
Estos perros, que datan de varios miles de años y fueron criados en el norte de Rusia y Siberia, se utilizaban para facilitar el pastoreo de renos y el remolque de trineos. Originalmente se utilizaban en el trabajo diario para ayudar a cazar y el remolque de los trineos de nieve mientras se viajaba, pero, con el tiempo, también para mantener unidas las manadas de renos. Para protegerse del frío polar, al Samoyedo también se le daba la importante tarea de mantener calientes a sus humanos durante la noche. De hecho, su espeso pelaje blanco, además de camuflarse con la nieve, les proporciona calor y aislamiento térmico incomparables.
Pero también son conocidos por su carácter juguetón y sociable, lo que los convierte en excelentes compañeros para la diversión invernal. ¡Como Belle y Sébastien y sus inolvidables aventuras en la montaña!
San Bernardo
El San Bernardo representa la nobleza, la devoción y el sentido de sacrificio.
Originalmente fue criado para ser utilizado como perro de guardia y de defensa, con el objetivo de hacer de la montaña un lugar seguro para todos. Más tarde, sin embargo, esta raza demostró cada vez más capacidades. Entre ellas, sin duda, la propensión al rescate, como demonstrado con el rescate de algunos peregrinos que se habían perdido en el camino y con el hallazgo de personas sepultadas por avalanchas de nieve.
Con su inseparable barril colgado al cuello (que se dice que contiene un licor especial para reactivar la circulación sanguínea), el San Bernardo sigue siendo hoy el perro de las nieves por excelencia, un icono de los rescates alpinos con un alma amable y tolerante. ¡Y cómo olvidar al viejo querido Niebla, el fiel compañero de aventuras de Heidi!
Akita Inu
Seguramente recordarás a Hachiko, el fiel compañero de Richard Gere en la película que dejó emociones imborrables en el corazón de todos los espectadores. El Akita Inu originario de Japón, además de ser un perro de carácter obstinado y fiel por excelencia, también es un auténtico amante de los espacios nevados. La constitución musculosa y el pelaje denso le permiten afrontar los climas más fríos.
Al principio eran perros pertenecientes a cazadores que vivían en las montañas, luego los vimos acompañar a los samuráis en las batallas y luego se convirtieron en compañeros de vida de los aristócratas japoneses. Al Akita Inu le encanta la nieve y pasaría días enteros allí. Además, es un excelente compañero para paseos largos por la montaña, lo que seguro le encantará y disfrutará al máximo de cada siesta y de cada salto… y si lo pierdes de vista, sin duda lo encontrarás ¡intentando poner su nariz en la nieve fresca para descubrir qué hay por debajo!
Mastín Tibetano
Una raza de perro perteneciente a los Molosos, un auténtico perro de montaña, como lo demuestra su nombre, es originario del Tíbet y se utiliza desde hace siglos como perro de guardia. De hecho, su tamaño imponente le permite enfrentarse a depredadores como leopardos y tigres.
Los primeros ejemplares proceden de hace 58.000 años y su linaje lo conecta, por ejemplo, al San Bernardo, al Boyero de Berna, pero también al Leonberger.
Su pelaje es sedoso y muy abundante, especialmente durante la temporada invernal en la que resiste muy bien las gélidas temperaturas del invierno. Su compañía se puede disfrutar entre paseos tranquilos y relajantes y abrazos peludos que aportan calidez inmediata.
Pomerania
Aunque es un perro pequeño que rara vez supera los 3,5 kg, el Pomerania es verdaderamente juguetón y ama la nieve. De hecho, gracias a la presencia de un subpelo denso sabe protegerse del frío. Sin embargo, es bueno saber que es posible que su subpelo no siempre sea tan grueso como debería ser por naturaleza. En particular, esto sucede cuando el perro está acostumbrado a vivir en un entorno doméstico y no está expuesto regularmente a temperaturas más bajas.
Porque a todos los perros les encanta la nieve
Aunque hay razas de perros genéticamente más predispuestas a estar en la nieve, a todos los perros les encanta jugar y revolcarse en las grandes y suaves extensiones nevadas.
Lo curioso es que casi todos los tipos de perros, ante la primera nevada que vean, estarán encantados de correr salvajemente y saltar, hundiéndose en el suelo cubierto de nieve fresca. La razón es que para nuestros corazones de cuatro patas la nieve es una experiencia sensorial completamente nueva.
Pensémoslo bien: cuando caminamos en medio de un paisaje nevado, ¿no tenemos nosotros también una percepción diferente de los espacios?
Bueno, esto también les pasa a nuestros perros. Y sabiendo que sus sentidos están mucho más desarrollados que los nuestros, podremos comprender fácilmente que para ellos moverse por la nieve será una experiencia irresistible que vivirán con energía.
Tirarse entre los cúmulos de nieve le hará sentir una suave sensación que nunca antes había sentido. Se dice que lo que sienten los perros cuando están en la nieve fresca es un poco parecido a lo que sentimos los humanos cuando nos dejamos llevar por las olas del mar.
Por eso a los perros les gusta la nieve: les encanta jugar, las nuevas experiencias que pueden probar y las diferentes sensaciones que rara vez encuentran en otras temporadas.
Así que: déjalos correr libremente, pero al mismo tiempo recuerda secarlos cuidadosamente cuando que regresen a casa.
También es importante, para las razas de pelo largo, después de haberlos secados, proceder al cepillado con la ayuda del Desenredante Abrillantador para eliminar todos los nudos creados por el hielo y el correr frenético sobre la nieve ya que, si no se desenredan adecuadamente, pueden convertirse en un problema. ¡Recordamos también utilizar una buena dosis de Bálsamo Protector Almohadillas para rehidratar la trufa y las patas!
¡Lo único que tenemos que hacer es prepararnos para salir, llevar a nuestro querido compañero peludo a un prado nevado y dejar que se divierta descubriendo nuevas experiencias emocionales!