Con el asesoramiento de Andrea Porciani, Maestro Yuup! y propietario del salón ANDREA PET GROOMING de Viterbo.
¿Podemos cortar las uñas al perro?¿y al gato?
Cortar las uñas al perro o al gato puede parecer una tortura inútil y una manera de desnaturalizar al animal. Aun así…¿qué sabemos de las uñas y las garras?
Conocemos muy bien las uñas de Rex, perro de más de medio metro a la cruz, sobre todo cuando nos las planta en el pecho. Pero tampoco las uñas de los perros más pequeños se quedan atrás, sobre todo cuando el muy listillo, buscando mimos, te salta en brazos marcándote las piernas. O sea, si es necesario cortar las uñas, pero con cuidado.
¿Y las uñas del gato?
Garras elegantes, frecuentemente imitadas en las manicuras de las mujeres, que se vuelven demoníacas cuando Lulú ataca el sofá o las sillas de mimbre. Y si por alguna razón nuestro Aristogato con uñas un poco largas, decide “amasarnos” la tripa, será igualito a una sesión de acupuntura.
Pero nuestras mascotas lo ven desde otro punto de vista. Para ellos las uñas son instrumentos esenciales, que les permiten agarrarse al terreno o, cuando sea necesario, escalar un árbol.
Y por ello es imprescindible ayudarles a mantener funcionantes y sanos estos “instrumentos” que la naturaleza les ha dado, cortando las uñas sólo lo justo.
¿Por qué se cortan las uñas a los perros?
El corte de uñas para los perros no es, como pensamos erróneamente, una operación de índole estética o para preservar el parquet. No se cortan las uñas por estética o porque provocan un molesto ruido a contacto con el suelo.
Sobre todo para nuestras mascotas más domésticas, se trata de una precaución para evitar que las uñas demasiado largas provoquen molestias o infecciones. Además, el perro anda mal si las uñas son largas y con el tiempo, si no se cortan correctamente, nos arriesgamos a alterar la postura y cambiar la morfología de la propia pata.
¿Cada cuánto hay que cortar las uñas del perro?
Primero tenemos que evaluar el tipo de vida, es decir, si es básicamente doméstica o si vive también fuera. Las uñas de Minnie, profesional del sofá, tienen más riesgo de crecer y encurvarse que las de Noa, un espíritu libre de los bosques.
No existe por lo tanto una regla específica para decidir la frecuencia con la que tenemos que cortar las uñas al perro. Sin embargo, cuanto más a menudo cortemos las uñas, más facilitaremos el crecimiento regular y será más fácil individuar la porción que tenemos que cortar sin tocar la parte viva de la uña (¡qué no se corta!).
Una vez que hayamos cortado la uña, os aconsejamos respetar la frecuencia mensual de mantenimiento. Para los perros que viven en el exterior y de gran tamaño o para los que dan largos paseos, es posible alargar la frecuencia, ya que se consumen de manera natural.
¿Y las uñas del gato?
En general, las uñas del gato no se cortan, dado que los mininos se limas las uñas autónomamente gracias al uso de los rascadores (que podemos fácilmente encontrar en tiendas). Es más, hacerse las uñas de esta manera, contribuye a eliminar la capa superficial que tiende a escamarse.
No obstante puede pasar que, especialmente en los gatos ancianos o en los que no tienen la posibilidad de rascarse las uñas, que las uñas demasiado largas tomen la forma de un garfio y agujereen la almohadilla del animal, generando molestia.
Las uñas del perro y del gato: morfología
Las uñas del perro pueden ser de color claro u oscuro; es solamente una diferencia de pigmentación , tienen la misma composición.
Dentro de la uña encontramos el tejido vivo, rico de terminaciones nerviosas, que no debemos cortar nunca.
Por su parte, el gato tiene uñas retráctiles muy afiladas (lo sabeis porque lo habéis sufrido en vuestras carnes, ¿verdad?), que el animal utiliza para cazar, marcar el territorio o para facilitar una fuga (escena: Coco escala ágilmente hasta la copa del árbol y Noa abatida la mira desde abajo).
¿Qué uso para cortar las uñas del perro o del gato?
Olvidaos de las tijeras o los cortauñas para humanos; es necesario recurrir a instrumentos especiales para perros y gatos, es decir alicates o cortauñas para perros o gatos, que os ayudarán a minimizar el riesgo de hacer daño a vuestra mascota.
En el mercado los encontramos de diferentes tamaños, en general grandes o pequeños. En el caso del perro se elige en base al tamaño del animal y a la superficie de la uña. Es mejor hacer un corte limpio, para evitar escamar la uña.
Cortar las uñas al perro: cómo actuar
Para cortar las uñas al perro, antes de nada tendremos en cuenta el color. Si la uña es clara, cortamos ¾ partes de la parte más clara. Si por el contrario la uña es oscura, el corte es un poco más complicado porque no podemos ver el tejido vivo que no tenemos que cortar. Por ello es mejor prestar atención y actuar con cautela.
Para una operación correcta, cortamos en un ángulo de 45 grados, siguiendo siempre la forma anatómica de la uña. Hay que cortar los espolones anteriores y posteriores al igual que el reso de las uñas, prestando atención y controlando que los espolones posteriores no crezcan en exceso.
Si queréis una vida más fácil y hacer que Milú no os considere su peor enemigo cuando cogéis el cortauñas, podéis empezar acariciando y masajeándole las patas, para acostumbrarlo a que le toquen las patas y se pueda sentir más tranquilo y sereno.
Cuando terminéis de cortar las uñas, no os olvideis de darle un premio y decirle que se ha portado bien; Se ha fiado de vosotros y no es poca cosa.
Para cortar las uñas al gato, necesitamos un poco de maña.
Una vez que hayamos “convencido” al gato para que se esté quieto, presionaremos delicadamente la almohadilla para que salga la garra (¿os acordáis que son retráctiles?). Una vez llegadoa a este punto, con un cortauñas específico para gatos, cortaremos limpiamente (más bien será un pequeño recorte). También aquí tenemos que tener cuidado en no cortar el tejido vivo y vascular, que en el gato se ve mejor y es de color rosa.
En el caso de gatos obstinados o con uñas con forma de garfio, es mejor pedir consejo al veterinario.
“Noo, ¡le he hecho daño!”: qué hacer si la uña del perro o del gato sangra
Si por error habéis cortado demasiado, porque habéis cortado el tejido vivo y se ha puesto a sangrar, ¡no te asustes! De hecho no pasa nada si por error la uña sangra (pero puede ser que vuestro amigo de cuatro patas se lo piense dos veces la próxima vez).
Desinfecta la zona con un desinfectante normal para heridas o usa polvos hemostáticos, que puedes encontrar en tiendas, que bloquerán el flujo sanguíneo (es mejor tener siempre a mano desinfectante y polvo hemostático).