Eh si, y sobre todo en los meses más fríos. Puede pasarle fácilmente a tu mascota, al igual que a ti, de ser susceptible a los golpes de aire y los virus estacionales que pondrán a prueba su sistema inmunitario y contrayendo alguna dolencia estacional. Pero, ¿tenemos que preocuparnos? ¿Qué podemos hacer si el gato se resfria?
Lo primero es tranquilizarnos: los gatos se resfrían a menudo debido a que se trata de una dolencia muy común entre los felinos, sobre todo si están acostumbrados a estar al externo. Pero no debemos subestimar los síntomas y la duración del resfriado, porque podrían esconder alguna patología más difícil de curar con fármacos y bajo control veterinario.
Pero veamos como reconocer un resfriado felino
¡No te asombres si un gato con el resfriado tiene más o menos los mismo síntomas del dueño! No difieren mucho de los síntomas clásicos que tenemos cuando contraemos un virus estacional:
- Estornudos frecuentes
- Secreción nasal
- Ojos llorosos
- Falta de apetito
- Nariz irritada
Tenemos que recordar que el resfriado del gato puede ser causado por un virus, pero también por factores ambientales o alérgicos, que pueden demostrarse con los mismo síntomas o favorir la aparición de enfermedades otoñales. Ten cuidado también con los otros gatos, porque pueden contagiarse mutuamente, sea el virus del resfriado como otras bacterias, por lo que es mejor prestar atención a la limpieza de los cuencos (si las comparten) y la indumentaria.
Cuidar de un gato con resfriado
Al igual que en nuestro caso, no existe una auténtica cura para el resfriado y en caso de síntomas preocupantes (dificultad para respirar, aletargamiento y rechazo de la comida) es necesario ir siempre al veterinario que podrá decidir si el resfriado es el único virus que hay que curar o si hay algo más serio; será el único que pueda prescribir una cura farmacológica. De mientras, un tratamiento de apoyo puede ayudar a acelerar la recuperación.
Pero hay algunas pequeños cuidados que podemos dar a nuestra mascota para prevenir el resfriado de nuestro gato. Sobre todo, evitar bañarlo con demasiada frecuencia, recurriendo, en cambio, a un uso más frecuente del champú seco para una limpieza rápida y sin aclarado.
También la aplicación de un bálsamo protector para las almohadillas puede contribuir a proteger las patas del felino del frío y la humedad. Las almohadillas son muy sensibles y, durante sus pequeñas fugas al externo, en esta estación, el gato podría entrar en contacto con superficies húmedas y frías.
Si en cambio el resfriado ya está en marcha y notas secreciones oculares, puedes limpiar el contorno de los ojos con una loción de té verde descongestionante, flores de loto suavizantes y agua destilada de eufrasia relajante y calmante. Además de limpiar en profundidad la zona, la loción previene las irritaciones creadas por el smog garantizando una protección duradera.
Para dar alivio al resfriado de vuestro gato será además muy útil, humidificar el ambiente, operación que ayudará a su nariz a descongestionarse, exactamente como pasa con los recién nacidos. Si no tienes un vaporizador o un humidificador, una ducha caliente puede ser útil. Lleva al gato al baño contigo y abre el agua caliente de modo que el aire se llene de vapor. ¡Una sesión de 10 minutos al día funciona muy bien! No te pases de los 10 minutos porque el aire caliente durante mucho tiempo puede ser difícil de respirar para algunas mascotas, especialmente para los persas de hocico corto.
Pueden necesitarse entre una y tres semanas hasta que el virus desaparezca de las vias respiratorias, por lo que sé muy paciente. Si los síntomas persisten más de lo normal o empeoran, lleva inmediatamente al gato al veterinario. Podría necesitar un tratamiento respiratorio, asistencia de oxígeno complementario, antibióticos u otra prescripción que solo un especialista puede prescribir.