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El comportamiento del perro a la hora de comer: una guía de bon ton y de alimentación adecuada

El comportamiento del perro a la hora de comer: una guía de bon ton y de alimentación adecuada
enero 29, 2024 Yuup
Tiempo de lectura: 18 minutos
Índice
Cane corgi è in piedi con le zampe sopra il tavolo della cucina di fronte alla sua scodella del cibo

Los perros, conocidos por su lealtad y cariño, pueden presentar diferentes desafíos en el contexto familiar, especialmente a la hora de comer en la mesa. En este artículo nos enfocamos en cómo enseñar a nuestros amigos de cuatro patas a comportarse correctamente mientras estamos en la mesa, evitando actitudes no deseadas e inadecuadas. También abordaremos la importancia de una correcta nutrición, fundamental para la salud y el bienestar del perro.

Educación del perro a la hora de comer

Sentarse a la mesa para la comida diaria es un momento fundamental en nuestros días, y por mucho que queramos a nuestro perro, a veces nos gustaría tener un poco de paz a nuestro alrededor para poder comer en la mesa tranquilamente mientras disfrutamos de nuestros platos. Inevitablemente sin embargo, incluso haciendo movimientos prudentes y silenciosos, justo en ese preciso momento… (ni aunque tuvieran radar) dos ojitos salen de debajo de la mesa y nos miran dulcemente, ¡para recibir algo de nuestra comida! ¿A ti también te pasa esto?

Pero, ¿qué hacer mientras estás sentado a la mesa? ¿Cómo actuar para evitar que el perro te pida insistentemente una parte de tu plato?

La clave del buen comportamiento del perro a la hora de comer comienza con la definición de reglas claras, que deben respetarse desde un principio. Es fundamental que nuestro perro comprenda los límites y los espacios de la hora de las comidas en la mesa. En estos casos, un enfoque coherente y paciente es fundamental para la correcta educación de nuestro peludito.

Entonces, ¿cómo podemos enseñarle a nuestro perro el comportamiento correcto en la mesa mientras comemos? He aquí nuestros consejos:

  • Hablar con los familiares e intervenir de forma coherente: con la premisa de que no existe una regla general sobre el comportamiento correcto del perro mientras estamos en la mesa, es importante hablar con los familiares y discutir cómo comportarse en cuanto al perro. Darle comida de mesa al perro no es en sí un error pero puede surgir un verdadero problema cuando el comportamiento del perro se vuelve repetitivo, obsesivo y molesto. Por eso es fundamental que, a la hora de elegir un comportamiento a adoptar en la mesa, todos los miembros de la familia actúen de la misma manera, para que el perro sepa qué esperar mientras estamos sentados. Cuanto más seas capaz de ser constante, más permitirás que el perro sepa el resultado de su solicitud cuando estemos en la mesa y más rápido se obtendrán los resultados.

  • Descartar deficiencias nutricionales: comprobar que el perro no pide comida de la mesa por una dieta desequilibrada o porque tiene mucha hambre. Para despejar cualquier duda, evalúa una visita a tu veterinario de confianza o a un médico veterinario experto en nutrición.

  • No cedas a la tentación: muchas veces el perro, al vernos comer en la mesa, quiere a su vez coger un trozo de comida simplemente por… ¡glotonería! De hecho, excluyendo la hipótesis de una deficiencia alimentaria, sus dulces solicitudes pueden no estar ocasionadas por el hambre, sino por el placer de probar lo que comemos en la mesa. Nuestra recomendación es servir la comida a nuestro amigo de cuatro patas antes o durante nuestro momento de compartir en la mesa, para que pueda saciarse de forma independiente sin molestarnos.

  • Ignorar su insistencia durante las comidas: si el perro insiste mientras estamos en la mesa, primero llorando, luego con su pata o incluso metiendo su hocico debajo de nuestro brazo o entre nuestras piernas, hay que actuar ignorando su comportamiento al sentarse a la mesa. De esta forma desalentaremos sus solicitudes a la hora de comer sin prestarle atención. Si el perro utiliza este comportamiento en la mesa es precisamente porque sabe que puede conseguir algo. Quizás ya de cachorro hayamos satisfecho ingenuamente su petición durante una comida en la mesa y, una vez que el perro haya descubierto que esta estrategia funciona, intentará volver a proponerla, quizás incluso de forma más marcada. El perro es un animal rutinario y se puede decir que aprende gracias a la experiencia a menudo, por lo que en este caso tenemos el poder de inclinar la balanza en la emisión de una conducta. Decidimos qué comportamientos vamos a recompensar y viceversa, a ignorar, especialmente cuando estamos sentados a la mesa.

  • Proponer una alternativa: si nuestro perro está acostumbrado a correr hacia la mesa a la hora de comer y queremos ayudarle a cambiar este hábito, una alternativa en el momento adecuado puede venir en nuestro rescate. En estos términos, una solución podría ser proporcionar a nuestro amigo peludo un masticable o un juguete que pueda mantenerlo ocupado durante el tiempo necesario de nuestra estancia en la mesa, pero teniendo absolutamente cuidado de dárselo antes de sentarnos a la mesa. Si hiciéramos lo contrario dándoselo estando ya en la mesa, nuestro perro podría interpretarlo como una recompensa, reforzando así ese comportamiento durante las comidas que sin embargo no es agradable para nosotros.

  • Asociación verbal: para frenar comportamientos incorrectos en la mesa puedes insertar una palabra, ya utilizada en otras situaciones y por lo tanto clara y ya conocida por nuestro peludo amigo, como por ejemplo un simple «NO». En este caso, sin embargo, crearíamos una asociación verbal haciéndole entender cómo no debe comportarse en esa situación, pero no qué debería hacer como alternativa. Por eso es importante entender que un «NO» puede detener el comportamiento en la mesa en ese momento, pero no impedirá que el perro lo repita en el futuro. Por eso es fundamental evaluar también lo dicho en los puntos anteriores y entender, por ejemplo, cómo enseñar al perro a no subirse a la mesa.

  • Realizar actividades antes de la comida: nuestro perro, sobre todo si aún es cachorro, tiene una cierta cantidad de energía tanto física como mental y el consumo de energía mental se produce mucho más rápido que el consumo de energía física. Para nuestro amigo peludo, esforzarse mentalmente en la solución de un «problema», que para él se convierte en un juego mental, puede ser bueno para llevarlo a descargar su energía y cansarse hasta el punto de no prestar atención cuando nos sentamos en la mesa para la comida. Con actividades específicas, como los juegos de estimulación mental, todos podrán beneficiarse: nonostros vamos a poder comer tranquilos en la mesa y él, cansado y satisfecho, disfrutará del merecido descanso, después de haber entrenado su inteligencia. Recuerda utilizar un juego de nivel de dificultad adecudado para tu perro, y si es necesario ve subiendo gradualmente su complejidad, de esta forma siempre habrá algo de trabajo mental para «resolverlo» y esto le garantizará un mayor gasto de energía y a ti tiempo de tranquilidad a la hora de comer.

  • Un paseo saludable juntos: ¿y por qué no? Un agradable paseo con tu peludo, por un camino lleno de diferentes estímulos y olores, podría cansarlo, tanto a nivel físico como mental, hasta el punto de colapsar satisfecho en su caseta apenas regrese a la casa… pero asegúrate de ¡ya tener el almuerzo listo en la mesa, porque la energía se recarga rápidamente! Además, con esta actividad también se favorece una correcta rutina en cuanto a horarios de actividad y comidas. De hecho, es importante que el perro no realice actividad física después de las comidas, para minimizar el riesgo de algunos problemas como la torsión del estómago, a la que el perro está más expuesto después de comer, debido a la dilatación del estómago por la presencia de comida.

 

Perro Cocker come su comida que consiste en una porción de croquetas para perros en una cuenca para perros dentro de una pieza de la casa

El secreto para comer en paz: cada uno tiene su plato y sus espacios.

El manejo de la nutrición del perro

Además de mantener un comportamiento correcto en la mesa, es importante recordar que en general la nutrición del perro es un aspecto absolutamente fundamental para su salud. De hecho, una de las preguntas más comunes es qué alimentos, «humanos» o no, son los más adecuados para su dieta. ¿La respuesta? ¡Depende!

Bueno, sí. Al igual que nosotros los seres humanos, la alimentación puede depender del estado de bienestar del perro, de patologías presentes u otros aspectos importantes de su salud. Nuestra recomendación es siempre contactar con un veterinario o un médico veterinario experto en nutrición, para basarse en su assesoramiento y definir la mejor dieta para nuestro Fido.

Por ejemplo: ¿te gustaría saber si tu corazón de cuatro patas puede seguir una dieta vegana? Hablamos de este tema en este artículo.

En general, además de condiciones particulares y dietas específicas que pueda tener que seguir nuestro perro, es posible definir una serie de alimentos que son buenos para su salud, así como una lista de alimentos que absolutamente se contraindican y que deben evitarse debido a que son poco saludables o tóxicos para ellos.

Veámoslos juntos.

Cachorro de pelo oscuro está acostado en la hierba mientras muerde un trozo de carne fresca

La nutrición es un aspecto muy importante de la salud del perro.

Alimentos seguros para los perros

Sin duda, la nutrición es uno de los factores determinantes para la salud de nuestro perro y por eso es importante recurrir a alimentos completos formulados específicamente para el perro, precisamente para minimizar los riesgos de sufrir patologías provocadas por deficiencias nutricionales.

En primer lugar, es necesario señalar que existen diferentes tipos de alimentos específicos para perros, tanto en forma seca -como las croquetas- como en forma húmeda.

También existen otro tipo de dietas como la dieta casera, que consiste en preparar la comida del perro “en casa”. Puede ser formulada exclusivamente por un profesional ya que requiere atención al equilibrio de las fuentes nutricionales y vitamínicas, o BARF (Biologically Appropriate Raw Food) que implica la administración de alimentos crudos y, también en este caso, requiere el apoyo de un nutricionista para que esté correctamente equilibrado.

También en este caso, cada tipo de alimento es más o menos adecuado a las distintas necesidades del perro, así como a las diferentes edades del perro y a sus condiciones de salud. Pero, entre los alimentos que también comemos, ¿cuáles podemos brindar con gusto a nuestro peludo?

Descubramos juntos qué fruta podemos compartir con nuestros perros

¿El perro puede comer toda la fruta que tenemos en casa? ¿O hay algunos tipos que se deben evitar?

La fruta puede ser un alimento rico en propiedades pero también en azúcares. Por lo tanto, es bueno evaluar no sólo qué fruta dar sino también las dosis para evitar exceder.

  • Banano: rico en calorías por lo tanto sería mejor consumir pequeñas cantidades, el potasio y las sales minerales son excelentes para el intestino. En general, a nuestros peludos les gusta mucho, tal vez por la consistencia o el sabor, ¡el cuenco siempre se vacía rápidamente!

  • Manzana: contiene vitamina C, es buena para la digestión y aporta calcio y fibra al organismo. Nuestro refrán «una manzana al día mantiene al doctor en la lejanía» sería mejor no tenerlo en cuenta para nuestros cachorros, de hecho, aunque es excelente para el intestino y para la limpieza de los dientes, ¡desafortunadamente contiene varios azúcares!

  • Mandarinas: ricas en vitamina C. Pero asegúrate de pelarlas bien y quitarles todas las semillas.

  • Fresa: entre los mejores antioxidantes naturales, con vitaminas C y B9, excelentes para la salud de su piel. Consumidos con moderación ofrecen propiedades diuréticas y digestivas. Sin embargo, recomendamos prestar atención a la primera administración, ya que las fresas son una fruta con un alto potencial alergénico y lo mejor es evitarlas si nuestro perro es muy sensible o tiene una constitución alérgica.

  • Cerezas: ¡definitivamente los vuelven locos! Recuerda suministrarlos ya deshuesados ​​para evitar riesgos de intoxicación, asfixia u obstrucciones intestinales. Recomendamos moderar las cantidades, ya que entre sus beneficios encontramos el efecto laxante que podría provocar diarrea.

  • Pera: esta fruta tiene muchos beneficios, está compuesta por un 80% de agua, pero también es rica en vitaminas, potasio y cobre. Sin embargo, la pera también tiene muchos azúcares, especialmente fructosa, por lo que es importante no exagerar con las cantidades.

 

¿Frutas que deben evitarse?

Por supuesto, hay algunos tipos de frutas que pueden tener efectos negativos en los perros y, por lo tanto, conviene evitarlas. Sólo la pulpa del aguacate está permitida para los perros, de hecho el hueso y la piel contienen Persin, una sustancia tóxica. Uva y pasa dañan los riñones y el hígado. Los frutos secos también son muy peligrosos, especialmente las Nueces de Macadamia, que son extremadamente tóxicas.

Perro pug negro mira por encima de la mesa del comedor un cuenco que contiene fresas

Algunos tipos de frutas son buenas también para nuestros perros. Sin embargo, como siempre, las reglas son ponerle atención a las alergias y a las dietas específicas.

¿Y qué verduras puede comer nuestro perro?

Sabemos que los perros también son omnívoros, esto significa que pueden comer ingredientes tanto de origen animal como vegetal. Las verduras pueden tener muchos beneficios para su salud, pero en cualquier caso es preferible suministrarlas crudas tanto por problemas relacionados a la ingesta como para mantener sus propiedades. Hablar con tu veterinario te permitirá entender mejor cómo integrar este alimento en el día a día, porque puede variar en función de la edad, energía y raza del perro. Las verduras son fuente de vitaminas y proteínas, tanto para nosotros como para nuestro corazones de cuatro patas.

Descubramos juntos cuáles podemos compartir con ellos:

  • Guisantes: las legumbres, ricas en vitaminas y propiedades antioxidantes, están presentes en muchos tipos de croquetas. Sin embargo, también son ricos en fibra, así que cuidado no exceder las cantidades…

  • Calabaza: muy sabrosa incluso para nuestras mascotas, presente también en muchas croquetas del mercado, esta verdura no sólo es rica en fibra sino que también garantiza excelentes propiedades diuréticas y antioxidantes.

  • Ensalada: sin duda depurativa para los peludos, recuerda lavarla y cortarla en trozos pequeños, ya que sin una correcta masticación podría provocar asfixia.

  • Espinacas: excelente elección ya que tiene buenísimas propiedades de vitamina A, B, C, E y F. Se aconseja evitar la cocción para evitar problemas de adherencia al paladar.

  • Frijoles verdes: las sales minerales y las vitaminas A y C garantizan un excelente aporte energético. Aquí también es recomendable cortarlos en trozos pequeños.

  • Zanahoria: una buena idea como merienda saludable, ya que masticarla ayuda a eliminar la placa y el sarro.

  • Hinojo: contiene vitaminas A, C y K, y minerales como calcio, potasio y hierro.

  • Apio: reconocido como un alimento seguro y saludable para perros, contiene carbohidratos, grasas, proteínas y agua, vitaminas y minerales, que aportan energía.

 

¿Verduras que deben evitarse?

Lamentablemente, algunos tipos de verduras (o plantas similares) son tóxicas para nuestros peluditos, como la cebolla, el ajo y el puerro, ya que contienen sustancias peligrosas como el disulfuro de N-propilo y la alicina. Darle estas verduras a nuestro perro, aunque en pequeñas cantidades puede ser muy pero muy peligroso, se pone en riesgo la vida de nuestro corazón de 4 patas, independientemente de que sean frescas o cocidas. Las papas, en cambio, se deben dar al perro exclusivamente cocidas, ya que crudas contienen solanina, un alcaloide tóxico, que se inactiva precisamente a través de la cocción.

Una mujer en la cocina corta algunas verduras y le entrega un trozo de tomate a su perro, sentada cerca de la mesa

Las verduras son buenas para nuestros perros: sanas, frescas y nutritivas.

Integrar estos alimentos a la dieta de tu perro puede aportar importantes beneficios. Sin embargo, es esencial introducir nuevos alimentos de forma gradual y estar atentos a reacciones alérgicas o problemas digestivos. Además, estos alimentos deben considerarse como un complemento y no como la principal fuente de nutrición.

Incluso el chocolate, las galletas, los pasteles y otros dulces no son nada recomendables: como nos sucede a los humanos, el consumo de azúcar provoca desequilibrios glucémicos en la sangre, alterando las regulares acciones metabólicas del organismo y, en algunos casos, incluso provocando diabetes. El chocolate es verdaderamente peligroso: contiene dos alcaloides de la metilxantina, la teobromina y la cafeína, que combinados son extremadamente tóxicos para el sistema digestivo, los riñones, el corazón pero también para el sistema nervioso de perros y gatos, que metabolizan algunas sustancias ingeridas de manera muy diferente en comparación a nosotros los humanos.

Labrador con pelaje marrón oscuro mira por encima de una mesa oliendo un plato lleno de galletas

Entre los alimentos prohibidos para perros, los dulces son uno de los primeros.

Los carbohidratos son un alimento que no debemos darle a nuestros perros. Pizza y pasta sobre todo, estos alimentos están compuestos por azúcares complejos que nuestros peludos no pueden digerir bien. Esto se debe a que, como ya comentado, su sistema gastrointestinal no está tan desarrollado como el nuestro y no es apto para asimilar este tipo de alimentos.

El número ideal de comidas al día para un perro

Hemos visto qué alimentos podemos compartir con nuestros queridos perros. Pero a lo largo del día, ¿cuál es el número de comidas recomendadas para ellos?

Una vez más, la respuesta varía mucho de un perro a otro.

Un perro de tamaño grande puede necesitar comer hasta tres veces al día, mientras que un perro de tamaño pequeño puede quedar satisfecho con una sola comida. De media, la frecuencia de comidas recomendada es de dos al día, pero también para este aspecto recordamos contactar siempre con profesionales que podrán indicarnos el número exacto de comidas adecuadas para nuestro peludo.

Golden retriever mira la pizza que su dueño saca de la caja con una mirada de deseo

Sabemos que te gustaría, pero la pizza no es buena para ti, querido Fido. ¡Y es más, hoy ya has comido dos veces!

Hemos visto que la hora de comer en la mesa es un momento en el que nuestro perro puede comportarse de manera no tan indicada y cómo remediar a eso. Hemos descubierto cuales alimentos de los que comemos los humanos podemos darles a nuestros perros y cuáles debemos evitar absolutamente.

En conclusión, un enfoque equilibrado e informado para gestionar el comportamiento del perro a la hora de comer y su nutrición es fundamental para una convivencia pacífica y para mantener siempre al máximo su bienestar.

Artículo redactado con el asesoramiento de Chiara Festelli, Educadora Canina.

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