«Quien tiene un (nuevo) amigo, tiene un tesoro».
¿Cuántas veces has escuchado esta frase? ¿Y qué pasa si el nuevo huésped no se vuelve amigo de los otros peludos que ya estaban?
¡Hay que ser positivos, con paciencia y buena voluntad, incluso los «enemigos más acérrimos por naturaleza», el perro y el gato, pueden empezar a amarse y convertirse en hermanos!
Perro y gato, a pesar de sus bien conocidas diferencias, saben llegar a compromisos para una amistad feliz.
He aquí nuestros consejos para favorecer su amistad…
El mejor momento para presentar perros y gatos
Si aún no has tenido la suerte de compartir tu hogar con amigos de cuatro patas, no te preocupes, siempre tendrás tiempo para ser parte de este extraordinario mundo.
Pero, ¿cómo elegir entre un perrito fiel y tierno que sacar a pasear por la noche y un gatito ronroneante y muy independiente? Quizás la solución adecuada para ti podría ser acoger en tu familia a un dulce cachorro y… ¡a un adorable gatito!
De hecho, si se les acostumbra desde una temprana edad, el perro y el gato pueden felizmente convertirse en amigos en la casa.
En particular, si se conocieran por primera vez desde cachorros, durante el período de desarrollo social, aprenderían a entenderse mejor y a amarse desde el principio.
Los cinco pasos para crear una amistad feliz entre perro y gato
Si en tu familia ya hay un amigo de cuatro patas, sigue nuestros consejos para construir una buena amistad entre los nuevos convivientes desde el primer día.
A primer olor…
Después de la llegada en la casa de la nueva mascota, es hora de conocerse. Sin embargo, es bueno empezar poco a poco manteniendo a tus amigos de cuatro patas en piezas distintas por el momento y dejando que primero se acostumbren al olor el uno del otro. De hecho, un primer paso podría ser intercambiar las cobijitas de las camitas, dando así al perro y al gato la oportunidad de estudiar el olor del otro. También puedes dejar que las mascotas exploren el espacio entre sì (cuando no estén en el mismo lugar), porque al percibir frecuentemente el olor del otro les resulta más fácil acostumbrarse a la presencia de ambos en la casa.
Hora de la comida
El encuentro se acerca, sin embargo es importante que ambos peluditos mantengan sus espacios sobre todo en el momento crucial de la comida. Tanto los perros como los gatos a la hora de comer puede tener implicaciones emocionales que cambian su comportamiento, por lo tanto cuando les das de comer intenta hacerlo en dos habitaciones separadas para que cada uno tenga su propia “zona de confort” en la cual comer tranquilamente y sentirse cómodos. Esto es importante para que no surja una situación competitiva entre ellos que pueda socavar el equilibrio de su relación y de la futura amistad.
Crea una condición de tranquilidad para tus mascotas
Ha llegado el tan esperado momento: perro y gato ya están listos para conocerse. Antes de que se vean, busca la manera de hacer que ambos se relajen, para que puedan afrontar la situación con más calma y con el espíritu adecuado.
¿Pero como hacerlo? Podrías llevar al perro a dar un largo paseo. De hecho, además de la actividad motora, en esta ocasión el perro tiene la posibilidad de utilizar el olfato. Este sentido tiene un fuerte poder calmante, que ocasiona un gran gasto de energía en analizar y descifrar los olores percibidos, de modo que al regresar a casa el cansancio le lleva a estar más tranquilo.
El primer paso importante para cuando se conozcan es elegir un entorno común seguro, libre de peligros y distracciones, en ausencia de ruidos y situaciones que les puedan asustar.
Es aconsejable elegir un espacio neutro, con puertas abiertas que puedan permitir una posible fuga momentánea de los animales, quienes para conocerse no deben sentirse obligados a estar en un entorno demasiado limitado.
Tu comportamiento debe de ser prudente, mantente a un lado y deja que interactúen tranquilamente porque es importante que en su primer encuentro los dos peludos tengan la oportunidad de estudiarse sin miedo.
Premia a tus queridas Mascotas
Si observas actitudes agresivas, intenta calmar la situación llamándolos, para crear momentos de pausa. Cuando la interacción entre los dos sea lúdica y con espíritu de amistad, te puedes acerar a ellos con calma para unirte a su nuevo mundo.
Un mundo que ya no se limita a un solo amigo de cuatro patas y una amistad que traerá pequeños cambios en la vida de todos los miembros de la familia. Así que presta atención a tus dos amigos peludos y, si se portan bien, recompénsalos con algunas delicias. De esta manera comprenderán que están siguiendo el camino correcto hacia una convivencia pacífica y una amistad duradera.
Y, ¿qué pasa si el perro y el gato no quieren estar juntos?
Como mencionado antes, si tus mascotas se conocen desde cachorros existe una alta probabilidad de que la amistad pueda surgir de forma natural y espontánea. Sería diferente si se conocieran de adultos, cuando la amistad podría ser más compleja de lo esperado. Recuerda que tendrás que tener bastante paciencia y puede que sea necesario repetir las fases de encuentro descritas previamente durante un tiempo antes de alcanzar el objetivo deseado de amistad mutua.
También hay algunas precauciones a tener en cuenta para favorecer el proceso de amistad.
Comprende las diferencias entre perros y gatos
Este paso es importante ya que el perro en general prefiere la vida en manada, adora la amistad y el contacto social, mientras que el gato, en cambio, tiende a ser solitario, independiente y reservado. Recordemos que nuestros dos amigos pertenecen a dos especies sumamente diferentes, tanto a nivel evolutivo como social y su visión del mundo es distinta y en consecuencia también su forma de expresarse: postura, actitud y reacciones se interpretan de manera diferente, con el riesgo de ser incomprendido. Por ejemplo: el perro se acerca por un lado y huele el «trasero» de los demás para familiarizarse, para recibir información sobre el otro sujeto. En cambio, el gato tomará esta acción como una intrusión inaceptable en su privacidad. Así que, ten paciencia y déjales seguir interactuando entre ellos, así se van acostumbrando poco a poco.
Es bueno no asustar al gato
Si la llegada del perro es impetuosa, es probable que el gato se asuste y que ya no quiera hacerse amigo. Por eso, ten cuidado de que el gato no sea tomado por sorpresa, por ejemplo, puedes asegurarte de que los dos animales ya se vean desde una distancia considerable para que ambos estén preparados para el encuentro.
No los obligues
Es posible que las primeras veces perro y gato no quieran estar juntos, y que uno de los dos decida mantenerse alejado. Probablemente todavía necesiten estudiarse a distancia, a través de la vista y del olfato, antes de entrar en contacto directo.
No presiones al gato a estar cerca del perro
Tu gatito no debería sentirse obligado a interactuar de inmediato. El gato necesitará tomarse su tiempo y deberá sentirse completamente seguro en todo momento; recuerda garantizarle una «vía de escape».
Ten en cuenta las experiencias anteriores
A diferencia de un cachorro, un adulto lleva consigo un conjunto de recuerdos y nociones que derivan de la experiencia. Es importante recordar que pueden ser tanto positivos como negativos y que aquellos comportamientos que consideremos inusuales o inesperados por parte de nuestra mascota podrían ocultar malestar. En este caso, no nos asustemos. Contactemos más bien a un educador o a un veterinario experto en comportamiento animal, que podrá ayudarnos a comprender y a evaluar un camino para restablecer el bienestar de nuestra mascota.
Y, por fin, después de un tiempo y con tu justo compromiso, podrás tener la satisfacción de verlos establecer una amistad sólida y pasar la mayoría del tiempo juntos, jugando, acurrucándose y echándose siesticas.
Misión cumplida: tu hogar se habrá convertido en un lugar aún más cariñoso donde hasta los enemigos más acérrimos, perro y gato, conviven en amistad y en armonía.
Artículo redactado con el asesoramiento de Chiara Festelli, Educadora Canina.