¿Qué es la caspa del gato?
Si, también los gatos tienen caspa. Nuestro amigo felino no se plantea si ponerse o no ropa oscura (que hace destacar la “nieve” en los hombros) pero nos bastará apartar un poco el pelo durante el cepillado de nuestro amigo y ¡ahí aparecererán los temidos copos blancos!
Cualquier gato puede tener caspa, independientemente de la edad o del tipo de pelo. Al igual que nuestra casapa, la caspa en el gato está formada por escamas de piel seca y muerta que se acumulan y se separan y se quedan atrapadas en el pelo.
Si teneis la costumbre de cepillar a Coco con regularidad (probablemente utilizáis un pequeño cardador), os habréis dado cuenta de inmediato que el pelo que se queda entre los dientes tiene unos puntitos blancos; el cepillado nos permitire observar de cerca el estado del pelo y la piel.
Se asocia la caspa del minino con un pelo que sufre, porque parece seco, apagado y opaco. Y, en ocasiones, aparece un molesto picor que hace que el gato se rasque hasta enrojecer la piel.
La caspa del gato puede ser un problema meramente estético, que se debe al cambio de pelo en verano o en invierno. Pero puede indicarnos también algunas alteraciones en la salud que no deben descuidarse.
Las causas de la caspa en el gato
Si excluimos el cambio de pelo estacional, la caspa del gato puede indicar la presencia de otras condiciones que hay que tener bajo supervisión.
Dermatitis. El gato puede padecer dermatitis, sobre todo si se rasca mucho y la piel está enrojecia. La dermatitis felina puede tener diferentes causas (alergias a algunos alimentos, estrés, parásitos) que deberíamos profundizar junto con el Veterinario.
Hidratación. La causa de la caspa es la sequedad de la piel y una hidratación insuficiente debido a la alimentación, puede contribuir a provocarla. Estad atentos a que el minino beba suficiente agua (es muy importante que tenga a mano un cuenco de agua fresca) o a aumentar la ingesta de agua mediante alimentos húmedos.
Alimentación. Una alimentación pobre en vitaminas y ácidos grasos esenciales omega-3 puede conllevar sequedad en la piel y formación de caspa. En este caso, el veterinario o el nutricionista os aconsejarán la mejor integración.
Lavados. Los lavados demasiado frecuentes y sobre todo con productos inadecuados pueden secar la piel y causar escamación. Se aconseja, por lo tanto, bañar al gato sólo cuando sea necesario y en caso de felinos que nos se pueden bañar, recurrir a limpiadores específicos.
Alergias. El polvo, el polen y el moho puede causar reacciones alérgicas también en el gato, que pueden derivar en dermatitis, sequedad cutánea y la conseguiente caspa.
Parásitos. Algunos parásitos, en particular los ácaros de la familia Cheyletiella, causan dermatitis que provocan picor e irritación, haciendo que el gato se rasque. Se manifiesta con unas costras blanquecinas pequeñas que no son otra cosa que los mismos ácaros.
Estrés. El gato es un animal de costumbres. El estrés ambiental, así como un exceso de calor o la invasión del territorio por la llegada de algo o alguien nuevo, puede repercutir en su comportamiento pero también en su salud cutánea.
Obesidad. A un gato obeso le cuesta lavarse; por consiguiente, no se eliminan las células muertas y se forma la caspa.
Cómo combatir la caspa del gato (¡es mejor prevenir que curar!)
Para evitar que el minino sufra este molesto problema de caspa, podemos poner en marcha algunas simples precauciones que mantendrán el pelo brillante y la piel sana.
Para empezar, si el gato es obeso y no es capaz de lavarse como debe, el problema no es sólo de naturaleza estética, sino también un riesgo para su salud; por lo que es fundamental hablarlo con el veterinario. En el proceso, será imprenscindible ayudarle a mantenerse limpio.
En segundo lugar, la ayuda del veterinario será crucial para reevaluar la alimentación de vuestra mascota y tal vez os aconseje alguna marca de comida específica para los problemas de carencias nutricionales o incluso algún integrador.
En caso de parásitos, tendremos que aplicar un anti-parasitario específico, siempre con prescripción médica.
Una buena costumbre es cepillar al gato para contribuir a la limpieza y eliminar pelos y células muertas. El cepillado mejora la circulación, aportando sustancias nutritivas en la superficie de la piel, permitiendo la distribución uniforme de aceites naturales, hidratando y suavizando la piel.
¿El gato tiene caspa? Pocos baños, ¡pero con los productos adecuados!
Para eliminar la caspa y el consiguiente picor, el pelo del gato se debe tratar con productos específicos para piel irritada, que no agredan la piel ya de por sí bastante sensible, y no la sequen aún más.
En cuanto a los tratamiento específicos, confiad en vuestro veterinario que os recomendará, en base al caso, una loción medicada, integradores alimentarios o comida específica cuando no directamente un tratamiento antiparasitario (en caso de caspa debida a infestación).
A Coco le irá de fábula si cuidas su pelaje con delicadeza y este cuidado favorecerá la acción de los productos aconsejados por el veterinario. Sobre todo recordad que el cepillo es vuestro mejor aliado; la piel respirará mejor si elimináis con dulzura el pelo muerto.
Como hemos mencionado anteriormente, los baños se reservarán para las situaciones de extrema urgencia. En estos casos, si el gato ya está acostumbrado al baño (¡tenéis un minino que vale su peso en oro!), optad por un champú delicado, que ejerza un efecto calmante en la piel sensible y enrojecida y que sea adecuado para el PH cutáneo del gato (¡nunca un champú anti caspa de los nuestros!). Recordad que en caso de caspa es mejor no insistir demasiado en bañar al gato porque el agua tiende a secar la piel.
De ahí que, en caso de bañar a nuestro gato, una loción calmante dermoprotectora con aclarado sea muy útil, porque protegerá la piel deshidratada y contrarrestará el enrojecimiento y el picor.
Coco seguramente no os agradecerá estar a remojo, ¡pero al menos durante la próxima siesta no se despertará por un repentino y molesto picor!